Cáritas Cuenca apuesta por Red de Calor y se suma a la transición energética
Cáritas Diocesana de Cuenca, se ha sumado a la Red de Calor y comenzará a recibir la energía térmica de biomasa de la central conquense, desplazando así al gas que utilizan actualmente para producir calor para calefacción y agua caliente sanitaria.
“Es una excelente noticia para la Red de Calor y para toda la empresa REBI que una Institución como la Diócesis confíe en nosotros y apueste por la transición energética y la mejora del medioambiente de Cuenca”, explica el responsable comercial de la Red, Roberto Gómez.
Cáritas Cuenca es el organismo oficial de la Iglesia para promover la acción caritativa en la Diócesis. Tiene por objeto la realización de la acción caritativa y social, así como promover, coordinar e instrumentar la comunicación cristiana de bienes en todas sus formas y ayudar a la promoción humana y al desarrollo integral de todas las personas. Trabaja la acción social, la economía solidaria, la cooperación internacional y las consecuencias derivadas de las emergencias como las crisis humanitarias.
Las instalaciones de Cáritas consumen algo más de 350.000 kWh anuales de energía, lo que supone una contaminación con un combustible fósil como el gas de 84 toneladas de CO2 que emite a la atmósfera. “El equipo directivo encabezado por su director, Pedro Bordallo Cordero, ha decidido mejorar sustancialmente el rendimiento de su sala de calderas que dejará de contaminar en el momento en el que coloquemos el intercambiador de placas que trasladará la energía que circula por el agua a una temperatura de 90 grados centígrados de los tubos de la Red al circuito de la instalación, sin que en ningún momento el agua de sendos circuitos se entremezcle”, explica Roberto Gómez.
La incorporación de la energía de biomasa a Cáritas Diocesana de Cuenca es más que un mero cambio de combustible, es una apuesta por el beneficio social de generación de empleo en la capital conquense, es revitalizar las zonas rurales cercanas a través del aprovechamiento sostenible de la madera y devolviendo a los montes la rentabilidad que tuvieron hace decenas de años mediante la valorización energética de la biomasa, fundamentalmente para la generación de calor y agua caliente. De esta manera se ponen en valor los recursos naturales como esencia para hacer frente a un problema que comparte gran parte del territorio como es la despoblación. “Una apuesta clara también de la Diócesis por las energías renovables que introduce una oportunidad al empleo y la dinamización del medio rural”. Y que supone un revulsivo económico, social y cultural que mejora la calidad de vida, utilizando equipos que se sitúan a la vanguardia tecnológica; y sin olvidar la concienciación social por el cuidado del medio ambiente y de la Casa Común.
Finalmente, entre las ventajas técnicas adicionales que se podrán notar en la instalación, además de detener el desgaste de sus equipos, es que se evita el consumo de un combustible con riesgos intrínsecos como es el gas. La conexión a la Red de Calor supondrá un fuerte ahorro energético para este organismo de la Iglesia sin que se vean afectada -y en cualquier caso mejorada- la confortabilidad de los visitantes y trabajadores del edificio al distribuir el calor de una manera más eficiente.