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La capital baja de 55.000 habitantes por primera vez en ocho años

Con 54.875 vecinos, está a la cola de las localidades adheridas a la Ley de Grandes Ciudades
07/01/2018 - Gorka Díez

Aunque la capital conquense lleva perdiendo población interrumpidamente desde 2012, cuando alcanzó los 57.032 residentes empadronados, al menos en este tiempo se había mantenido por encima de los 55.000 habitantes. Pero hasta llegar a 2016, cuando, según los datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), tras un descenso de 226 personas la cifra total se quedó en los 54.875, por debajo por tanto de una barrera que se había superado desde el año 2009, cuando la capital sumó 55.866 residentes.

Es verdad que la cifra sigue estando muy por encima de la registrada a finales del pasado siglo y a principios del actual (es un 18,8 por ciento superior a los 44.558 conquenses de 1998 y un 9 por ciento superior a los 49.912 contabilizados en 2005) pero lo que está claro es que se ha roto la tendencia de crecimiento que se registró durante más de una década, entre los años 1998 y 2012.

Para distintas personas consultadas por Las Noticias, la causa principal de este descenso poblacional no es otra que la falta de trabajo, tanto por la escasez de convocatorias de empleo público desde que arrancara la crisis como de grandes empresas.

Así, el presidente de los hosteleros, José Luis Zorita, considera que los últimos datos de población confirman que “Cuenca se está yendo a pique”, con muchos jóvenes que “se tienen que buscar la vida en otro sitio porque aquí no hay trabajo, y donde no hay no se puede repartir”.

Advierte de que “una ciudad que decrece está condenada a morir”, por lo que pide a los representantes políticos “que se centren más en la población y menos en sus partidos y en las guerras políticas”.

Elena Castillejo, presidenta de la asociación de vecinos de Las Quinientas, también ha comprobado como muchos jóvenes se van de Cuenca en busca de oportunidades laborales, lo que, unido al fallecimiento de las personas mayores, hace que “barrios como el nuestro estén medio vacíos”, ante lo que aboga por que las administraciones intenten “atraer empresas que den trabajo a los jóvenes, porque de lo contrario nos vamos a quedar en una ciudad de viejos”

Y, en una línea similar, en el sindicato CCOO hacen hincapié en que la despoblación es uno “de los grandes problemas” de la provincia en su conjunto y de la capital en particular, donde, al contrario que en la comarca de Tarancón, “no hay industria ni una empresa que supere los cien trabajadores más allá de la administración pública, de modo que es complicado que la gente pueda encontrar aquí un trabajo, estable y de calidad, que le permita asentarse y trazar un futuro de vida”, lamenta su secretaria general, María José Mesas.

Para remediarlo, considera indispensable “que todas las administraciones se pongan de acuerdo e inviertan en la provincia”, pero lamenta sin embargo las discrepancias existentes entre las gobernadas por distintos partidos, especialmente que la Diputación Provincial “no quisiera sumarse en 2017 al plan de empleo de la Junta”, algo que teme que vuelva a repetirse en este 2018 con la convocatoria de 130 millones de euros realizada por el Gobierno regional para subvencionar en un 80 por ciento acciones encaminadas a luchar contra la despoblación.

La ‘gran ciudad’ menos poblada

El descenso poblacional registrado en 2016 sitúa a Cuenca aún más a la cola de las ciudades adheridas a la Ley de Grandes Ciudades, a la que la ciudad se acogió a finales de 2004 no por su número de habitantes (se exigía para ello más de 75.000 empadronados) sino por su condición de capital de provincia y a iniciativa del Ayuntamiento de la capital, que contó para ello con el respaldo del Gobierno regional. Sucede, de hecho, que la otra ciudad adherida a esta ley menos poblada, Mérida, sigue una tendencia inversa a la de Cuenca: de los 50.478 habitantes que sumaba en el año 2000 ha pasado a 60.119 en 2016.

Quien siempre ha criticado esta adhesión es Izquierda Unida, que entre otras cosas entiende que le resta funciones al pleno en beneficio de la Junta Local de Gobierno, y el concejal Pablo García lamenta que la nueva caída poblacional implique que “de ciudad grande tengamos ya muy poco”, algo que achaca, como el resto de consultados por Las Noticias, a que “los jóvenes no tienen opciones de futuro porque no hay empleo salvo en fechas muy puntuales como Navidad o Semana Santa. La gente de mi generación, que iba conmigo a clase, se está yendo a Madrid o al extranjero”, lo que a su entender hace necesario que además de la apuesta por el turismo se haga lo posible por atraer industria.

Única capital de C-LM que pierde población

La provincia en su conjunto, según los mismos datos difundidos estos días por el INE, perdió en 2016 un total de 2.353 habitantes, dejando la población en 198.718 personas a fecha 1 de enero de 2017.

En el conjunto de la región, mientras tanto, la pérdida fue de 10.152 personas, quedando Castilla-La Mancha con 2.031.479 habitantes.

Esta pérdida de población se produjo en todas las provincias salvo en Guadalajara, que ganó 428 habitantes hasta alcanzar los 253.310. Aunque Cuenca es la única capital de la región que pierde residentes.

Así, la provincia de Albacete perdió 2.086 vecinos el pasado año y fijó su población 390.032 personas, pero esta se incrementó en la capital en 390, llegando a las 172.816.

En la provincia de Ciudad Real, la población se situó a 1 de enero de 2017 en 502.578 habitantes, 4.310 menos que el año anterior. La capital ganó sin embargo 587 habitantes situándose en 74.641 empadronados.

Guadalajara capital también ganó población, un total de 512 personas, hasta alcanzar las 84.145.

Por último, la provincia de Toledo perdió 1.831 habitantes en este periodo, dejando la cifra total de empadronados en 686.841, pero la capital ganó 282 habitantes hasta alcanzar los 83.741.


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