Feria y Fiestas de San Julián 2024
Cansado presume de Cuenca en un pregón lleno de humor y emociones
Un pregón sostenible y, si lo hago bien, repito el año que viene, como el turrón. Así comenzaba su discurso el humorista Javier Cansado para pregonar la Feria y Fiestas de San Julián 2024 en un Teatro Auditorio lleno hasta la bandera, donde se ha poidido disfrutar de un pregón lleno de humor y sentimientos por la ciudad.
Las primeras palabras del humorista ya dejaban claro el tono gracioso que iba a mantener Cansado durante su pregón, asegurando que el gentilicio ‘conquense’ es el más cómodo porque, al no tener ni masculino ni femenino, “ahorras un montón de tiempo”.
Ha recordado ante el público que cuando el alcalde, Darío Dolz, le llamó para ofrecerle pregonar la Feria y Fiestas, aceptó sin dudarlo, porque si no lo hubiera hecho, “no estaría aquí”. “Adoro la ciudad, me encanta la gente, tengo casa aquí y hablo bien de Cuenca, porque sino lo hiciera, sería impensable estar en el escenario”.
En este punto comenzaban sus guiños a la ciudad, a su historia y a los negocios locales, recordando que estuvo “a punto” de llamar a su hijo Martín Alhaja. Después de recordar a los asistentes de dónde viene su vínculo con la ciudad, que se remonta a que sus abuelos eran de Motilla del Palancar pero estuvo muchos años trabajando como cartero en la capital y donde nacieron tanto sus padres como él, hizo un símil con la vida de Picasso y centró la mayor parte de su pregón recordado su trayectoria y vivencias en la ciudad como si fueran las primeras cuatro etapas de la obra del pintor malagueño.
JUVENTUD Y ADOLESCENCIA
La etapa rosa, que fue de los 5 a los 15 años, vivió en frente de la cueva del Huécar, donde Cuenca era todo para él y podía vivir “aventuras” como ir a Villa Román o San Antón; bañarse en las aguas “calentitas” del Júcar acompañado, bromeaba, por pirañas. En esa inocencia infantil le sorprendían algunos nombres de negocios locales, y llegó a creer que Óptica Notario era doble negocio. “Mi teoría es que primero fue la óptica y, como el señor se aburría un poco, puso una notaría por no aburrirse”. En esta época también le sorprendió ver por primera vez el kamasutra en el escaparate de Evangelio.
“Eran unos veranos maravillosos de pescar cangrejos en Palomera y de disfrutar de la Feria y Fiestas cuando la hípica se hacía en La Fuensanta o veía a sus artistas favoritos como Serrat en el hotel Alfonso VIII. Lo único que no le gustaba, afirmaba Cansado, eran los fuegos artificiales: “tengo una ceja rota de una caña que me dio”.
“Después de 20 años sin aparecer por aquí flipé por la ciudad tan impresionante en que se convirtió Cuenca”VOLVER POCO A CUENCA
De ahí, relataba que pasó a la etapa negra, cuando empezaba a venir menos por la ciudad, ni en verano ni San Julián, y tan solo a eventos familiares. “Empecé a actuar en el teatro de calle, en la universidad y luego me casé”. Ahí volvió con su mujer a la ciudad, que le pareció “muy vieja”. Aunque eso sí, como incidía Cansado ella le hacía rabiar “mucho”: “De pronto me decía Casas Colgantes en vez de Colgadas, o Procesión de los Borrachos en vez de Las Turbas, o aseguró que los zarajos no estaban ricos”, ante lo que él “se quedaba sin respuesta”.
Según apuntaba, en esa época saboreó el éxito junto a Faemino, se hizo amigo de Antonio Resines, y estuvo ya 20 años sin venir a Cuenca. Cuando volvió, hace una década, comenzó su etapa azul, y fue gracias a una actuación junto a su compañero en el Auditorio José Luis Perales. “No es por presumir, pero fue un éxito rotundo, inconmensurable, y en nuestra carrera hay un antes y un después de esa función”.
REGRESO
Cansado ha referido que cuando regresó se encontró una ciudad “fantástica, limpia, ordenada, todo restaurado”, y decidió volver “a lo grande” alojándose en el mismo hotel donde había visto a sus ídolos de pequeño. “Esperé a que hubiera una oferta, porque soy rico, pero no tonto”, bromeaba.
El humoriata ha destacado que se volvió a enamorar de la ciudad, y su mujer, "que es senderista," estaba entusiasmada. También f dice que "flipó" cuando fue a la tienda de La Clementina y vio que eran frutos secos y taller de costura. “Eso en Cuenca, no es raro”, añadía en tono jocoso.
Desde entonces,asegura que se prometió que todos los días que estuviera en Cuenca desayunaría churros y subiría al Cerro Socorro, eso sí “solo he cumplido una de las cosas”.
Con este pregón, que ha dado inicio a la Feria y Fiestas de San Julián 2024, empieza su etapa cubista, siendo el primer discurso de estas características que ha dado en su vida. Después de contar una situación que poco tenía que ver con la vida real, al estilo pictórico de Picasso en este periodo.
Con todo, daba las gracias al público que no había parado de reir con los guiños que Cansado dio a la ciudad y lanzaba vítores a la Feria y Fiestas de San Julián con un abrumador aplauso del público.
Para concluir, recibía de manos del alcalde de la ciudad una placa conmemorando su pregón y un obsequio por parte del Ayuntamiento.