Ninguna es de la provincia pero Cuenca les ha unido. Las jóvenes Mercedes Ramírez, Cristina Expósito, Narai Díez, Alba Rivas y Alejandra Cabrera, que se conocieron en una residencia universitaria de la capital conquense, se pusieron “en la piel” de las personas mayores de las zonas despobladas, muchas de ellas aquejadas de soledad, e idearon ‘Caminemos entre girasoles y leyendas’, un proyecto de ocio participativo que propone la realización de actividades intergeneracionales en el ámbito de la provincia de Cuenca promoviendo el aprendizaje a través de la cultura popular.
‘Caminemos entre girasoles y leyendas’ es uno de los nueve proyectos que salieron adelante en la convocatoria 2021 del programa de emprendimiento juvenil Semillas, promovido por el Ayuntamiento de Cuenca. De las 18 ideas que se presentaron inicialmente, se seleccionaron 13, habiendo finalizado el proceso formativo nueve.
Las jóvenes, al igual que el resto de componentes de los diferentes proyectos, participaron en un programa de asesoramiento que arrancó en enero de 2021 y en el que les proporcionaron las herramientas necesarias para poder hacer viables sus propuestas, todas ellas caracterizadas por tener un componente social, cultural o medioambiental, por lo que su implantación aportaría un beneficio a toda la comunidad.
“Teníamos la idea pero no sabíamos cómo hacerla realidad. Y vimos en el programa Semillas una gran oportunidad. Si nadie lo ha hecho, nos toca a nosotras”, explica Mercedes Ramírez. Y participar en el proceso formativo les ayudó a perfeccionar el proyecto: “Teníamos una idea utópica. Y con lo que hemos aprendido, hemos cambiado cosas para poner los pies en la tierra”.
Las jóvenes, de entre 21 y 24 años, proceden de diferentes partes del país (pueblos de Córdoba, Jaén, Ciudad Real y León) y de diferentes disciplinas: Mercedes y Cristina han estudiado Trabajo Social; Alba y Ainara, Educación Social; y Alejandra es de Bellas Artes. Aunque en un principio su intención es dedicarse a los oficios para los que se han formado, empiezan a ver este proyecto como una forma real de emprendimiento aunque son conscientes de que hacerlo viable económicamente es complicado. “Dependeríamos de ayudas y subvenciones”, admite Ramírez.
Por el momento, han constituido la Asociación Sociocultural Girasolas para poder funcionar jurídicamente mientras continúan mejorando su proyecto, el cual quieren dejar “reposar” para ponerlo en marcha este año. Y ya se han reunido con alcaldes de pueblos como Quintanar del Rey y Olmeda de la Cuesta, además de con un grupo de acción local de la provincia. “Se han interesado por la idea. Vemos que hay salida y podríamos apostar por ello”, apunta.
En las actividades que proponen participarían personas mayores y niños. “Todos aprenden de los demás. El objetivo es que los más pequeños estén en contacto con la cultura popular para que no se pierda y poner en valor todo ese patrimonio”, precisa.
Como ejemplo de actividades proponen que las personas mayores muestren a los más pequeños juegos tradicionales como la rayuela o la comba, o les den a conocer los refranes y leyendas sobre los municipios. “Es importante que sean los mayores quienes enseñen para que se les valore y se les tenga en cuenta”, subraya.
Porque otro de sus objetivos es combatir la soledad en las zonas rurales, sobre todo en las más pequeñas, donde la mayor parte de su población es gente mayor, la cual a veces puede sentir que está “abandonada” por las administraciones, considera esta componente de Girasolas. “Queremos que ese sentimiento se reduzca y se sientan como parte de un todo”, remarca.
La idea inicial con la que partían era desarrollar el proyecto en la provincia aunque se han dado cuenta de que podrían extenderla a otras zonas del país porque el mal de la despoblación está extendido. “No es solo un problema de Cuenca”, recuerda. La intención de estas jóvenes es así ayudar a estas poblaciones en varios ámbitos: ocio alternativo, envejecimiento activo, lucha contra la soledad y promoción de los lazos comunitarios y las relaciones generacionales.