El Consorcio de la Ciudad de Cuenca ya ha puesto en marcha toda la maquinaria administrativa para acometer sus dos próximas actuaciones en la calle Armas y en la zona de la Plaza de Mangana. En concreto, se trata, por un lado, del acondicionamiento integral de la citada calle adyacente a la iglesia de San Miguel y, por otro, de la segunda fase de la rehabilitación de los restos arqueológicos de intramuros de la muralla del Alcázar y la pavimentación del espacio existente entre los torreones de la Plaza de Mangana.
Dos proyectos que se encuentran, desde el pasado 14 de noviembre y hasta el próximo 9 de diciembre, en exposición pública para la presentación de alegaciones y en los que el Ayuntamiento de la capital tiene puesto mucho interés, como así pone de manifiesto el concejal de Patrimonio Histórico, Miguel Ángel Valero.
Y es que para el Consistorio, según el edil, es importante la rehabilitación integral de la calle Armas, puesto que con su acondicionamiento no solo se mejora su estado actual bastante deteriorado, sino que, además, se pretenden solucionar los problemas de humedades que sufren las viviendas existentes en la parte baja de esta vía, probablemente por las fugas en la red de saneamiento.
Relevancia que en el caso de las obras en la zona de Mangana reside en el objetivo municipal de poner en valor esta zona arqueológica para acometer otro nuevo proyecto que revalorice este espacio como un nuevo recurso de la ciudad.
CALLE ARMAS
Con un presupuesto inicial de 409.680,60 euros y un periodo de ejecución de cuatro meses, la intervención en los 114 metros de longitud de la calle Armas, que conecta las calles Severo Catalina –a la altura del inicio de la Bajada a las Angustias– y San Miguel, consistirá en la rehabilitación completa de esta vía peatonal, que se encuentra en un estado de conservación bastante deteriorado con baches, hundimientos, falta de guijarros y un muro de contención prácticamente hundido.
Se contempla, en consecuencia, desde la renovación de las redes de abastecimiento y saneamiento hasta el enterramiento de alumbrado público, las telecomunicaciones, la red de baja tensión y la red de gas natural, pasando por la reposición integral del pavimento y la construcción de un nuevo muro de contención de 46,26 metros de longitud, rematado con piezas de piedra caliza a modo de albardillas.
A estas tareas se suma la mejora de la accesibilidad a esta calle con la modificación de las escalinatas existentes, así como con la eliminación de peldaños aislados, ejecutándose en tramos de tres, como mínimo.
ZONA DE MANGANA
La actuación en la zona de Mangana, que conllevará una inversión inicial de 48.400 euros, viene a reparar y completar las obras iniciadas hace años en esta zona del Casco Antiguo y que quedaron inconclusas al ser rescindido el contrato a la empresa adjudicataria, tal y como detalla el concejal de Patrimonio Histórico.
Esta segunda fase, que cuenta con un presupuesto inicial de 48.400 euros y un plazo de ejecución de un mes, consistirá en la pavimentación del espacio existente entre los torreones de la Plaza de Mangana, así como la rehabilitación de los restos arqueológicos de intramuros de la muralla del Alcázar; en concreto, la sustitución del actual lucernario del yacimiento por otro con ventilación directa, la colocación de canaletas en la entrada a los ascensores de acceso al aparcamiento público de Mangana y su conexión con la red de saneamiento, la reparación del solado, de los paramentos interiores del espacio bajo rasante y de un cuarterón del final de la calle Santa María y la rehabilitación del acabado superficial de la chapa de acero cortén utilizada para las barandillas de la coronación de la muralla y en el cerramiento móvil para el acceso al yacimiento.
Unos trabajos que, en definitiva, pondrán en valor este espacio con restos arqueológicos del siglo XVI.