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Ilustración

Un calendario santoral feminista

Inés Alvarruiz Serrano, estudiante de Bellas Artes, ha diseñado un almanaque cuyas protagonistas son mujeres que desafían los cánones impuestos al cuerpo femenino
Un calendario santoral feminista
05/01/2020 - Dolo Cambronero

A las ‘santas’ posmodernas les sale vello y flores de las axilas. Ven Netflix los domingos, tienen michelines y también les dejan en ‘visto’ y nunca más se supo como al común de los mortales. Así son las protagonistas del calendario santoral creado para el recién estrenado 2020 por Inés Alvarruiz Serrano (Tarazona de la Mancha, Albacete, 1995), estudiante del último curso del Grado de Bellas Artes en Cuenca.

La idea del calendario le surgió el curso pasado a raíz de la asignatura Procesos de creación, en la que era más importante el desarrollo del trabajo que la obra final en sí. Pero las musas se hicieron de rogar: “Estuve un tiempo que no se me ocurría nada. No sabía qué hacer. Hasta noviembre no comencé de verdad”, recuerda la joven.

Mientras le llegaba la inspiración, dibujaba personajes sin un objetivo claro hasta que se dio cuenta de que le habían salido varios con forma de aureola. Siguió por ese camino y entonces empezó a divertirse creando. “Fue un proceso largo”, relata.

Y así surgió la idea del calendario santoral. “Como los que había antes”, detalla. Aunque las protagonistas son unas mujeres muy actuales y cotidianas que unas veces arrancan la sonrisa mientras que otras invitan a la reflexión sobre los clichés sobre el cuerpo femenino. Así, mientras que enero está dedicado a Fe de lunes en el gym, en marzo se rinde homenaje a santa Vella, cuyas axilas no lucen inmaculadas y asoma el pelo aunque también flores.

Por su parte, julio está consagrado a santa Fe free the nipple (libera el pezón), en referencia al movimiento iniciado por la activista y cineasta Lina Esco para denunciar la desigualdad en el tratamiento del cuerpo de la mujer en las redes sociales, que censuran el pecho femenino mientras los torsos masculinos se lucen libremente.

SANTA VETADA

La crítica es también la protagonista en el mes de agosto, centrado en santa Vetada, encarnada en una mujer con michelines, cuya ropa interior está manchada de sangre menstrual y cuyos muslos no están perfectamente depilados como mandan los cánones.

Santa Netflix de los domingos (para el mes de febrero), Sugar fe en los días menstruales (abril), La santa última y me voy (mayo), Promesa del último (junio), santa Cinco minutos más (septiembre), santa Vista (octubre), Fe en no salir por estudiar (noviembre) y santa Macarronada de las 5:30 a.m (diciembre) completan este original calendario feminista.

En cuanto a la técnica utilizada, la ilustración de las mujeres está hecha a mano, con acuarela y tinta, mientras que la estudiante se ha servido del ordenador para diseñar los fondos.

Al profesor le gustó mucho el calendario y le fue muy bien en la asignatura aunque entonces a ella ni se le había pasado por la cabeza que el proyecto acabara materializándose en un almanaque real.

Pero animada por familiares y conocidos, finamente se decidió a imprimirlo para venderlo aunque tampoco creía que iba a tener tan buena acogida. De hecho, la primera tirada fue de solo 25 ejemplares y ha tenido que ampliar debido a la demanda despertada. “Es una buena época para hacer un regalo”, anima la joven. Los interesados en adquirir este calendario pueden ponerse en contacto con ella a través de las redes sociales, donde aparece con el nombre de Ihuma.

Un calendario santoral feminista

'DECORADORA' PRECOZ

Inés Alvarruiz dibuja desde pequeña y con dos años ya se encargaba de ‘decorar’ las paredes del pasillo de su casa con sus lápices para disgusto de sus padres. Tiene otros dos hermanos más pequeños y recuerda pasar muchas tardes de su infancia coloreando con ellos.

Ahora intenta sacar un hueco todos los días para poder dibujar un rato. “En cuanto llevo unos días sin hacerlo, me cuesta más. Es como si se te oxidara la mano”, bromea.

A la tarazonera solo le restan el Trabajo de Fin de Grado (TFG) y las prácticas -las cuales está haciendo en el Museo de Arte Abstracto de Cuenca- para finalizar sus estudios universitarios. Dice que le está gustando mucho la experiencia en el centro, donde se encarga del taller posterior a las visitas de grupos de niños. “A los pequeños les das una cartulina negra y les dices que pinten algo que no sea ni una casa ni una flor ni una cara, y les rompes todos los esquemas”, cuenta divertida. Además, también ha comenzado ya a ocuparse de algunas visitas.

En cuanto a su estilo artístico, la joven cuenta que todavía está definiéndolo porque hace trabajos muy variados aunque suelen ser figurativos, hay predominio de la línea y opta por colores intensos en lugar de pasteles.

Respecto a su futuro, no descarta dedicarse a la enseñanza puesto que la experiencia con niños le está gustando, por lo que se plantea cursar el Máster de Profesorado de Secundaria al terminar Bellas Artes porque es consciente de que con esta carrera “se dan muchos tumbos”. “Hay que buscarse la vida”, reflexiona. De momento, se encomienda a sus ‘santas’, que le están dando muchas alegrías.