Los buñuelos de viento y huesos de santo más solidarios

Dice la leyenda que por cada buñuelo de viento que se consume se libera un alma del purgatorio. Aunque la veracidad de esta afirmación puede ser cuestionada, lo que es seguro es que al disfrutar de estos dulces elaborados en el taller de repostería de la organización Caridad Cristo del Amparo se ayuda a quienes más lo necesitan.

Este taller, ubicado en el centro que la organización tiene en el barrio de Tiradores, ofrece una oportunidad única a personas en situación de vulnerabilidad, quienes, además de recibir una ayuda económica, trabajan en su inclusión social y mejoran habilidades que pueden resultar fundamentales a la hora de buscar empleo.

Al frente del taller se encuentra Ángel Poyatos, un pastelero jubilado que busca la calidad en cada producto que elabora. “Es muy perfeccionista, se asegura de que todos los buñuelos sean redondos y perfectos”, señala Fernando Díaz Miranzos, coordinador del colectivo.

Junto a los huesos de santo, los buñuelos de viento no pueden faltar en la celebración de la festividad de Todos los Santos. Con el paso de los años, estos típicos dulces se han ido adaptando a los gustos y se pueden encontrar de muy variados sabores.

En esta nueva campaña, los de Caridad Cristo del Amparo estarán rellenos de nata, crema, moka, trufa, chocolate, chantillí y cabello de ángel y, como novedad, resolí. Un relleno que ya experimentó Ángel Poyatos y que “salió buenísimo”.

En cuanto a los huesos de santo, el pastelero de Caridad Cristo del Amparo prefiere seguir la tradición en la elaboración, utilizando mazapán clásico en lugar de optar por variantes más modernas. Eso sí, debido al encarecimiento de la materia prima la elaboración de huesos es más reducida que la de los buñuelos. Estos últimos superaron las 2.200 unidades el pasado año.

La producción de estos dulces es artesanal y diaria. Fernando Díaz destaca que ante el volumen que se trabaja cada año lo más fácil sería congelar los buñuelos para acelerar la producción, pero Ángel insiste en que lo primordial es que el producto sea fresco, por lo que se fríen por la mañana y se rellenan por la tarde para salir a la venta, garantizando así la calidad de cada pieza. La venta comenzaba este lunes 28 de octubre en el centro de Caridad Cristo del Amparo y se extenderá hasta el día 31, en horario de 16:30 a 20:00 horas.

Los integrantes de este taller son, en su mayoría, personas “que han enfrentado dificultades” en su vida y están en proceso de reinserción social y laboral. La formación no solo se centra en la repostería, sino que también incluye clases de castellano y habilidades sociales, cruciales para su integración en el mercado laboral.

“Es un taller que va más allá de la repostería. Aquí buscamos que los participantes recuperen habilidades sociales y se preparen para enfrentar un futuro mejor”, afirma Díaz Miranzos. Desde su inicio, hace 16 años, Caridad Cristo del Amparo ha proporcionado apoyo a los más desfavorecidos del barrio, ofreciendo un dispensario de alimentos, clases de castellano y talleres de habilidades sociales.

La elaboración de buñuelos solidarios no solo permite a los participantes obtener una remuneración por su trabajo, sino que también fomenta la cohesión social y la solidaridad entre los vecinos. “Llévate a casa nuestros buñuelos artesanales y endulza tu mesa con el mejor sabor y la mejor calidad, al tiempo que nos ayudas a ayudar”, concluye Fernando Díaz Miranzos.