Aliviar el dolor y mejorar el bienestar. Este es el fruto del primer año de trabajo de las tres Guías de Buenas Prácticas implantadas en el área sanitaria de la provincia de Cuenca. Begoña Fernández, Beatriz Cervera y María Teresa Huélamo son las responsables de su desarrollo.
Cuenca es, junto con la de Guadalajara, las dos candidatas que optan por el certificado a Centro Comprometido con la Excelencia en Cuidados, una petición que fue solicitada por cinco gerencias de la región. Se trata de un proyecto internacional con raíces canadienses que arrancó en el año 2003. A España esta iniciativa llegó en el año 2012.
Los resultados son, hasta el momento “satisfactorios”, tal y como expresa Fernández. Actualmente son tres prácticas las que están en marcha, en concreto, una actuación para manejar el dolor de los pacientes, que ha comenzado a aplicarse en todas las plantas del Hospital Virgen de la Luz excepto la de pediatría; un programa para la detección y la erradicación del tabaquismo, activo en doce centros de salud, y otro de apoyo al adulto que espera o vive con una ostomía.
El propósito de las tres guías es mejorar la calidad de vida del paciente a través de una atención completamente personalizada. Así lo cuenta Begoña Fernández, directora de Continuidad Asistencial y Cuidados. “En todas las guías uno de los objetivos es hacer intervenciones a través de planes individualizados. Es un modelo de atención centrado en el paciente”, comenta.
Esta nueva metodología en la gerencia no solo complace a los pacientes, también a los profesionales que la llevan a la práctica. Esta reacción ha sido una grata sorpresa para las responsables de su introducción en el área sanitaria. “Cuando se empezaron a implantar estas guías, al sopesarlo, se pensaba que, al requerir tanto esfuerzo, iba a darse un alto nivel de abandono. Al contrario, ellos manifiestan satisfacción con este trabajo metódico y estandarizado”, explica Fernández. Así, el equipo sanitario muestra su compromiso con la excelencia en los cuidados y sienten que, de algún modo, “parte de un proyecto importante y positivo”, señala Cervera.
A su vez, esta nueva forma de cuidar a los pacientes establece una rutina en cuestiones que antes dependían de la voluntad del profesional. El programa incide también en la generación de conocimiento.
Los resultados permiten, a su vez, saber en qué áreas habría que mejorar las prácticas y crear más evidencia científica, tal y como detalla Fernández. “Trabajar con esta evidencia científica contribuye a una mayor excelencia en la asistencia y en los cuidados que se prestan desde la gerencia”, señala la directora de Continuidad Asistencial y Cuidados.
La intensidad del dolor en los pacientes ha descendido del 6,5 por ciento al 2,5 por ciento en nueve meses
Las buenas prácticas y el manual dedicado a menguar el dolor ya están dando sus primeros resultados. Tras nueve meses en marcha, la intesidad del dolor en los pacientes se ha reducido notoriamente, en concreto, del 6,5% al 2,5%. Estas cifras son fruto del trabajo del equipo sanitario del ala de traumatología, donde se ha implantado por primera vez esta guía de buenas prácticas. El catálogo no solo establece formas de medir la dolencia. Incluye, también una atención completamente individualizada. “Se le da el poder de decidir sobre su propio dolor, es decir, cómo lo quiere gestionar”, resalta Cervera.
Así, mejora la calidad de la estancia de los pacientes. Durante este proceso, se desarrolla un plan específico de cuidados para cada uno de ellos. Este se diseña en base a las características del dolor, de la situación y de la patología. Asimismo, durante estas prácticas, se toma en cuenta a los familiares del paciente. A su vez, según Cervera, ello influye en la calidad del tratamiento. “Se ha comprobado que el dolor prolonga la estancia hospitalaria. Si se disminye, esta se reduce”, señala. Este proyecto incluye escalas validadas del dolor para aquellas personas que no tienen capacidad de expresarlo.
OTRAS INICIATIVAS
Las otras dos guías se enfocan en la lucha contra el tabaco, y en pacientes que van a someterse o ya han pasado por una ostomía. El primero comenzó en 2022 en tres centros de salud de la provincia. Actualmente, casi el 50 por ciento de los profesionales llevan a cabo las pautas de este manual. El segundo programa se centra en acompañar al paciente de ostomía de forma previa a ella y también posteriormente. A su vez, a este paciente se le dan una serie de recomendaciones para tener una calida de vida óptima tras la operación.
