La Asociación de Trastorno Específico del Lenguaje y otros Trastornos del Desarrollo de Cuenca (Atelcu) ha calificado de "éxito absoluto" el I Congreso de TEL (trastorno específico del lenguaje) que se ha celebrado este viernes y sábado en Cuenca. Y es que la participación ha superado todas las expectativas de la organización, con más de 150 inscritos procedentes de distintos puntos de España como Palma de Mallorca, Canarias, Badajoz, Madrid, Albacete, Valencia, Pamplona, Orense o Barcelona.
La presidenta de Atelcu, Llanos Martínez, destacaba que uno de los datos más significativos es que el 75 por ciento de los participantes han sido maestros, lo que supone un respaldo a las demandas de esta Asociación, ya que este trastorno, que hasta hace poco se encuadraba dentro del autismo pese a afectar a alrededor del 7 por ciento de los niños, no es todavía lo suficientemente conocido por los docentes, "es muchas veces invisible para el sistema educativo".
Por este motivo, ha mostrado su satisfacción "porque su asistencia demuestra que les interesa, que nos apoyan y que quieren formarse", ha dicho Martínez.
La presidenta de Atelcu, que no puede hacer un balance más positivo, ha anunciado que enseguida se pondrán a trabajar para darle continuidad al Congreso y que el año que viene haya una segunda edición. "Tenemos muchas ganas y la gente nos lo ha pedido". Evento que, por otra parte, ha sido catalogado como el primero del país de estas características por la Federación Española de Asociaciones de Personas con Trastornos Específicos del Lenguaje (FETEL).
VISIBILIZAR
El primer congreso de TEL se ha celebrado en el Museo Paleontológico con la presencia de prestigiosos profesionales en la materia, principalmente psicólogos, pedagogos y maestros de educación especial con nombres propios como los de Isabell Monfort, Ana Belén Martínez o Patricia Salgado.
El objetivo es buscar visibilizar y profundizar en un trastorno que, según apunta la presidenta de la asociación, Llanos Martínez, es todavía un gran desconocido y que, a quienes lo padecen, les hace sentirse “extranjeros en su propio idioma” por las dificultades que tienen para entender lo que se les dice y comunicarse.
El diagnóstico temprano es fundamental para trabajar específicamente con ellos, aunque ello no impedirá que sufran cierto retraso. “Esto no es como el que anda mal, que puede llegar más tarde pero anda: aquí hay una falta de comunicación que conlleva limitaciones y un retraso de entre uno y dos años con respecto a su edad. Hay que hablares siempre despacio y con vocabulario muy sencillo”, declaraba Martínez a Las Noticias.