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Covid-19

¿Aplazar el 'sí quiero' por la pandemia o casarse en verano con restricciones?

La incertidumbre por la situación acecha sobre los diferentes negocios que forman parte del sector nupcial
¿Aplazar el 'sí quiero' por la pandemia o casarse en verano con restricciones?
07/05/2020 - Dolo Cambronero

Lo habían preparado todo tranquilamente, con mucha antelación. Pero la Covid-19 ha hecho que no les haya servido de mucho haber sido tan previsores. Los conquenses María y Javier (nombres ficticios) comenzaron a organizar su boda en 2018. Fijaron la fecha para junio de 2020 pero la situación actual ha provocado que hayan tenido que aplazarla a octubre. “Pero lo importante es que podamos disfrutar del día con tranquilidad y seguridad aunque tengamos que retrasarlo unos meses”, subraya ella.

“Teniendo en cuenta la situación actual, casarse es lo menos importante hora con la cantidad de gente que está muriendo”, reconoce.

Conforme se iba alargando el confinamiento y una vez que esta pareja de treintañeros, que lleva ocho años de relación, fue consciente de que tendrían que aplazar la boda, tuvieron que armarse de valor para volver a planificar todo. La ceremonia religiosa, el restaurante, los trajes, las fotos y el vídeo de la boda, el viaje de novios... Sin embargo, María asegura que todo han sido facilidades: “Pensaba que iba a ser más difícil todo pero no ha sido tan complicado”.

“Lo primero que hicimos fue preguntar las fechas disponibles en la catedral y el restaurante”, cuenta. Tampoco lo querían demorar mucho así que se plantearon octubre y una vez que cuadraron un día en ese mes para la ceremonia religiosa y el banquete, han ido postergando todo lo demás.

Al vestido de la novia también habrá que hacerle unos pequeños retoques porque no es lo mismo casarse en junio que en octubre, así que lo adaptarán a la nueva fecha de la boda incorporándole unas mangas. “Me lo han puesto muy fácil”, indica.

Donde se están encontrando más dificultades es con el viaje de novios. Con los hoteles, no ha habido problemas porque tenían cancelación gratuita y han retrasado la estancia a octubre. En cuanto a los dos vuelos que habían reservado, en uno de ellos les hacen el reembolso y en el otro, les darán unos vales. “Pero las compañías están colapsadas y estamos teniendo más problemas. Y mientras, el precio del avión sigue subiendo”, lamenta.

María confía en que todo salga bien en otoño: “Espero que no haya problemas con la nueva fecha y se pueda celebrar la boda en octubre. Lo importante es que nos podamos juntar todos”.

De todas formas, con el calendario progresivo y por fases previsto por el Gobierno central para la desescalada, la celebración de bodas se podrá llevar a cabo cuando alcancemos la la fase dos que, si todo va bien, comenzará el próximo 26 de mayo. Eso sí, las celebraciones deberán realizarse con garantías de seguridad y distanciamiento. Así que los novios tendrán que elegir entre casarse este verano con restricciones o esperarse y darse el 'sí, quiero' más adelante pero con cierta 'normalidad', aunque aún no sepamos que entrañará esa nueva normalidad.

Aplazamientos de las bodas

La incertidumbre por la situación persigue también a los diferentes negocios que forman parte del sector nupcial. En el Hotel Cueva del Fraile, muy cerca de Cuenca, las bodas previstas “siguen en marcha” aunque con matices: las de junio se han aplazado a octubre, y en las de agosto, ahora depende de los novios si quieren seguir con los planes o esperar para más adelante. En julio, no tenían prevista ninguna porque el establecimiento acoge campamentos de inglés durante ese mes.

En relación con la distancia de seguridad, desde el hotel aseguran que podría garantizarse sin problemas en este establecimiento dado que el recinto tiene una amplitud de 25.000 metros cuadrados y los invitados a la boda podrían estar perfectamente separados.

Pero desde esta firma recuerdan que, de cara a la celebración de una boda, entran en juego más variables: “Otro de los problemas es que se puedan desplazar a la boda la familia y los amigos que vienen de fuera”.

Por su parte, Lola Pineda, especializada en fotografías y vídeos de celebraciones, muestra también su preocupación ante la incertidumbre de no saber cómo van a evolucionar las cosas. No obstante, resalta que los novios han apostado por aplazar las bodas y no se han planteado cancelar.

Las bodas que tenía previstas hasta julio se han pospuesto para octubre. “Aunque no sabemos tampoco qué pasará en esa fecha. Y las que había para agosto y septiembre están en el aire hasta ver cómo va todo”, indica.

Las comuniones que habían contratado con ella la fotografía y el vídeo sí que se han anulado. “Se dejan para el año que viene, que va a ser una locura, porque se van a juntar la de los dos”, apunta.

Con este panorama, su situación es delicada. “Yo hago principalmente bodas. Igual hasta septiembre no trabajo”, lamenta, reconociendo que mantener la distancia de seguridad y evitar las aglomeraciones son dos cuestiones complicadas de gestionar en este tipo de eventos. “Estamos sujetos a lo que hagan los restaurantes. En cuanto les den el sí a ellos, vamos todos detrás”, considera.