El belén de la vida cotidiana de Nápoles
La Asociación de Belenistas de Cuenca recupera su admirado belén, hasta 2016 exhibido en Diputación, en un nuevo espacio cultural de nombre Sanmartino, en el Casco Antiguo.
Un belén en el que no falta la principal escena de estas recreaciones del nacimiento de Cristo, la del belén con el niño Jesús recién nacido, pero donde todo lo demás es una recreación profana de las costumbres y formas de vida del Nápoles del siglo XVIII, con cortesanos que recorren la ciudad en carruaje, artesanos, carniceros y pescaderos que ofrecen sus productos en la vía pública, guitarristas y bailarines que animan la vida diaria de sus habitantes con canciones, u hombres y mujeres que charlan en grupo y comen, beben, ríen.
Así es el belén napolitano que la Asociación de Belenistas de Cuenca montó ininterrumpidamente hasta 2016 y durante catorce años en el Palacio Provincial de la Diputación y que desde primeros de diciembre se exhibe, de forma permanente, en un nuevo centro de ocio y de cultura, de nombre Espacio Cultural Sanmartino, ubicado en la bajada de Santa Catalina, en pleno Casco Antiguo.
Se trata de un tipo de belén que tiene su origen en el reinado de Carlos III de España en Nápoles y Sicilia en el siglo XVIII para cuyas figuras, fieles a la realidad, se tomó en cuenta un catálogo de costumbres y vestimentas de la época y en cuya confección participaron los mejores artistas de la época; una iniciativa que Carlos III y la reina María Amalia de Sajonia trasladaron de Nápoles a Madrid en la segunda mitad del XVIII, para lo que a través de unos talleres reales se confeccionó un belén napolitano que inicialmente se instaló en el Palacio del Buen Retiro y después en el Palacio Real.
Durante esta Navidad el belén puede visitarse de lunes a jueves de 18:00 a 21:00 horas y de viernes a domingo de 11:00 a 14:00 y de 18:00 a 21:00 horas en el nuevo espacio cultural Sanmartino.
Decenas de figuras de cabezas, manos y pie de barro, cuerpos de terracota cocida policromada forrados con estopa y trajes cuidadosamente diseñados, carnes elaboradas con cera pero que parecen de verdad o frutas con pasta de maicena forman parte de un atractivo belén que a medida que han ido pasando los años ha ido renovándose con nuevas piezas, y que por ejemplo este año exhibe unos ángeles hasta ahora inéditos y para el año que viene ya está avanzada la confección de una banda de músicos.
“Este tipo de belenes han sido, tradicionalmente, más un espectáculo que un belén, para muchos un belén profano porque según algunos la única escena religiosa es la del misterio: el resto es la vida de Nápoles”, señala Jesús Martín de los Santos, presidente de la asociación de belenistas.
El de la Diputación se desbordaba, con sitios donde alcanzaba una altura de seis metros. Éste es más equilibrado
Durante dos meses del pasado verano montaron los belenistas el nuevo belén en un espacio cedido por Rodrigo Mora que no alcanza las dimensiones del salón de actos del Palacio Provincial, pero con unas medidas que consideran “más equilibradas” y próximas a lo que en su momento fueron este tipo de nacimientos.
“El de la Diputación se desbordaba, con sitios donde alcanzaba una altura de seis metros y una anchura de quince, diez de profundidad… Su inmensidad era tal que propició nuestra muerte, porque luego no había quien montara aquello cada año, menos teniendo en cuenta que los miembros de la asociación nos hemos hecho mayores. Este en cambio es más equilibrado y se ha montado para que pueda verse de forma permanente”, insiste de los Santos.
