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Economía circular

El Ayuntamiento impulsa un proyecto para reciclar y aprovechar biorresiduos

Se ha solicitado una subvención de 800.000 euros para instalar en la capital 470 contenedores marrones y comprar un nuevo camión
El Ayuntamiento impulsa un proyecto para reciclar y aprovechar biorresiduos
09/03/2022 - Paula Montero

Cuenca ha dado un nuevo paso para convertirse en una ciudad más sostenible y respetuosa con el medio ambiente en los próximos meses. El Ayuntamiento trabaja ya en un proyecto de economía circular para instaurar, por primera vez, la recogida selectiva de biorresiduos con el objetivo de darles una segunda vida, lo que permitirá reducir las descargas de desperdicios en el vertedero.

Para ello, el Consistorio tiene previsto instalar contenedores de color marrón en las diferentes calles de la capital conquense. Nuevos artilugios que servirán para depositar solo los residuos orgánicos que mezclados con serrín y pasado un tiempo de fermentación podrán servir de abono o compost para fertilizar la tierra de parques, jardines o huertos. Eso sí su implantación esta sujeta a tres premisas que son: la incompatibilidad con el modelo actual de recogida de residuos; el presupuesto necesario para ponerlo en funcionamiento; y las diferencias de amplitud entre las calles de los distintos barrios de Cuenca donde irán ubicados los contenedores.

Para alcanzar el dinero necesario, desde la concejalía de Medio Ambiente han desarrollado minuciosamente el proyecto y esta misma semana la Junta de Gobierno Local (JGL) ha solicitado a la Dirección General de Economía Circular una subvención de más de 800.000 euros para implantar este nuevo modelo de recogida de residuos y mejorar el ya existente.

Un montante que se empleará en instalar 470 contenedores de color marrón junto a las baterias habituales de todos los distritos de la capital conquense por valor de 346.000 euros. Eso sí, según en qué barrio se instalaran depósitos de 2.200, 800 o 240 litros. “En las calles del Casco Antiguo, Tiradores y San Antón irán los más pequeños y en barrios como Villa Román, en los que no hay problemas de espacio, se ubicarán los de mayor tamaño”, apunta Martínez.

Pero, al haber diferentes tamaños de contenedores también es necesario contar con camiones de recogida de diversa envergadura. Por ello, 300.000 euros se emplearán en la compra de un camión híbrido de recogida lateral. “Los contenedores pequeños se recogen manualmente, por los basureros, con camiones recolectores de carga trasera y los de mayor tamaño son de carga lateral y están automatizados”, explica el concejal del ramo. Además, 16.000 euros del total de la subvención se emplearán en llevar a cabo dos campañas de información, difusión y sensibilización a la población.

Además, para que todo el engranaje funcione a la perfección, en la planta de reciclaje, que pertenece a la Diputación Provincial de Cuenca, se iniciarán diferentes mecanismos para garantizar el tratamiento de la materia orgánica que se recolectará en los contenedores marrones. Y, si la inicitiva funciona según lo previsto, desde el equipo de Gobierno, plantean la posibilidad de instalar compostadoras de autoservicio en las calles e incluso en los huertos urbanos que son propiedad del Consistorio para que los ciudadanos puedan fabricar su propio abono.

Por ahora, las perspectivas son buenas ya que  tras varias reuniones con las diferentes asociaciones vecinales de la capital conquense, este nuevo proyecto de economía circular tiene el visto bueno de la ciudadanía.

 

Los biorresiduos son restos orgánicos generados en el domicilio, tales como desperdicios de frutas, huevos, o carne a los que se les dará una segunda vida al convertirlos en abono o compost

BIORRESIDUOS

Pero, para comprenderlo mejor son necesarias varias aclaraciones. ¿Qué son los biorresiduos o residos orgánicos?

En esta categoría se agrupan los residuos biodegradables de parques y jardines como ramas u hojas secas; también se incluyen los  desperdicios alimenticios como restos de verduras, carnes, pescados o cáscaras de huevo o frutos secos. Sin embargo, no se consideran residuos orgánicos los productos de aseo usados como, por ejemplo, bastoncillos de los oídos, platos de cerámica rotos, cenizas o el polvo de barrer que hasta ahora constituyen lo que se conoce como fracción resto. Por tanto, por un lado tenemos los biorresiduos y por otro la fracción resto que, en la actualidad, se tiran de forma conjunta al contenedor verde.

En cambio, para poder aprovechar los biorresiduos y convertirlos en abono es necesario reciclarlos por separado y de ahí el motivo de instalar nuevos contenedores de color marrón. Y es que, la Dirección General de Economía Circular, el Gobierno regional y la normativa nacional e internacional en esta materia obligan a reciclarlos por separado porque “si los biorresiduos se contaminan de otros elementos no podremos darles una segunda utilidad”, concluye el concejal de Medio Ambiente, Adrián Martínez Vicente.

El Ayuntamiento impulsa un proyecto para reciclar y aprovechar biorresiduos