Cada primavera, muchos parques y zonas verdes de la capital se llena de una imagen que, a simple vista, parece idílica: una fina lluvia de pelusa blanca que flota en el aire y que, en ocasiones, trae reminiscencias de las bonitas estampas que deja la nieve en invierno. Sin embargo, detrás de esta bucólica imagen hay una realidad bien diferente: esta pelusa, proveniente de álamos y chopos, es altamente inflamable y en muchas ocasiones se convierte en un peligro.
Para evitar esos riesgos, el Ayuntamiento de Cuenca está elaborando un plan para combatir los efectos que podría acarrear un incendio provocado por pelusa, dada la alta volatilidad que presenta este material. Un plan que incluirá una serie de recomendaciones y trabajos a acometer para reducir los incendios.
Jacobo Llorens, sargento del parque municipal de bomberos de Cuenca, detalla que el mayor riesgo de incendio por esta pelusa, que son semillas de chopos y álamos, se produce entre finales de abril y mediados de junio. Atendiendo a las actuaciones de los bomberos, las zonas de la ciudad que más peligrosidad presentan se encuentran en la rivera del río Júcar y su entorno más próximo desde el recinto ferial hasta El Sargal aproximadamente. También destaca el parque de San Fernando, en la zona trasera a la iglesia, donde es habitual la acumulación de esta semilla de los chopos.
“Todas estas zonas son puntos a vigilar porque aquí es donde se han producido la mayoría de incendios relacionados con pelusas de chopo”, destaca Llorens. De hecho, apunta, los bomberos municipales han llegado a realizar hasta 17 salidas según qué días durante los dos meses de mayor peligrosidad, pero con la tala de chopos y álamos que se ha llevado a cabo los últimos años, esta situación se ha ido reduciendo de forma considerable.
En 2023, relata que de las 66 salidas que hicieron los bomberos por fuegos de pastos y matorral, 15 tuvieron la pelusa como principal protagonista.
Desde finales de abril y hasta mediados de junio es la época del año en la que existe mayor posibilidad de incendio de pelusa
En lo que va de año, los bomberos del parque municipal han salido en siete ocasiones para sofocar incendios provocados por este combustible. De momento, la situación no es alarmante ya que las abundantes lluvias de finales de marzo y primeros de abril ha hecho que para estas fechas aún haya mucha masa verde.
A juicio de Llorens, el mayor peligro por incendios de pelusa vendrá a partir de los próximos días, y hasta mediados de junio, cuando toda la vegetación actual se secará. Por eso, desde el Cuerpo de Bomberos piden responsabilidad a los ciudadanos ya que este material “no es un juego” y que en caso de arder, “se propaga rápidamente”.
RECOMENDACIONES
¿Qué recomendaciones habría que seguir para evitar que las pelusas de los chopos y álamos causen incendios? En primer lugar, el sargento de los bomberos municipales incide en que el agua es el mayor aliado, puesto que al mojarse, se compactan y les cuesta “muchísimo más” arder. Pone como ejemplo una bola de algodón: cuanto más extendida, con mayor facilidad arderá, pero cuanto más pequeña, mayores dificultades van a encontrar las llamas.
Por ese motivo, cuando no haya previsiones de lluvia, Llorens recomienda a los ciudadanos que eviten andar por las zonas con mayor acumulación de pelusas y no usar elementos que provoquen fuego por la volatilidad que tiene este combustible. Y es que, incluso los restos de una colilla de cigarro puede provocar las llamas.
Los bomberos hacen un llamamiento a la ciudadanía para que use agua en vez de mecheros para eliminar la pelusa, ya que es altamente inflamable
Una cuestión interesante, a juicio de Jacobo Llorens, sería establecer un plan de prevención por el que se hagan desbroces y riego de pelusas, como el que está estudiando el Ayuntamiento, sobre todo en zonas donde hay vehículos estacionados. Así, se evitarían riesgos tanto a las personas como a los bienes materiales incluso a edificaciones más próximas.
También destaca la importancia de avisar a los bomberos nada más detectar un incendio causado por este material salido de los chopos, utilizando el teléfono de emergencias 112 para que los efectivos lleguen cuanto antes al lugar y poder sofocar las llamas.
Sobre la casuística de los incendios provocados por pelusas en la capital, el sargento de bomberos apunta que la mayoría de ellos son provocados. “A veces la gente quiere hacer una gracia y esto realmente es muy peligroso”, asegura, por lo que hace un llamamiento a la ciudadanía porque “el fuego no es un juego”.
En cuanto a los medios que utilizan los bomberos para sofocar estos incendios están un todoterreno y una pick-up, así como otros vehículos para incendios urbanos y rurales. También están en contacto con la central de incendios y, a veces, se solicita la colaboración de otros cuerpos como es el Infocam.