Evitar la caída de vacas y corredores durante los festejos de San Mateo. Ese es el objetivo del Ayuntamiento de Cuenca, que un año más ha vuelto a aplicar un líquido antideslizante en buena parte del pavimento de la Plaza Mayor y sus alrededores.
Es el tercer año que utiliza esta medida preventiva. Anteriormente el Consistorio empleaba una mezcla de yeso y serrín para minimizar los riesgos, especialmente en zonas críticas como los toriles y la subida hacia las escaleras de la Catedral.
Pero a raíz de las lluvias del año 2019, esa mezcla hizo impracticable buena parte de ese tramo de recorrido. Además, en ocasiones las reses han sufrido caídas y fracturas en la Plaza Mayor dado lo resbaladiza que es la superficie de todo este tramo del improvisado coso, lo que llevó al Ayuntamiento a buscar una alternativa más eficaz.
Así, en 2022 el Ayuntamiento de Cuenca contrató los servicios de Pavitec, una empresa especializada en el tratamiento antideslizante de superficies, con amplia experiencia, puesto que desde hace dos décadas se encarga de realizar este tipo de tratamientos preventivos en el Casco Antiguo de Pamplona con motivo de los encierros de San Fermín.
Según explica Vicente García, responsable técnico de la empresa, en aquel primer año se trabajó intensamente en áreas clave como la calle Colmillo, la travesía Clavel, la calle y plaza Obispo Valero, las terrazas de la Plaza Mayor y las proximidades de la Catedral.
Desde entonces, Pavitec realiza labores de limpieza y mantenimiento durante los días previos a San Mateo para así garantizar la máxima seguridad tanto de los corredores como de las vaquillas.
Este año, un equipo de cinco personas ha trabajado en horario nocturno, de 18:00 a 4:00 o 5:00 de la madrugada, para minimizar las molestias a vecinos y turistas.
El proceso comienza con una limpieza manual exhaustiva del pavimento, que se ensucia a lo largo del año por el paso de vehículos y peatones. Los días siguientes se aplica manualmente el líquido antideslizante. El producto reacciona con los minerales de las losas del suelo creando millones de microporos que crean una acción ventosa. Esto reduce considerablemente los resbalones, especialmente en condiciones de humedad, aunque en seco también.
A pesar de que el tratamiento original tiene una duración de hasta 10 años, el mantenimiento anual es clave para garantizar su efectividad. "Es como un coche, necesita revisiones para seguir ofreciendo los mejores resultados”, señalan desde la empresa.
La gran ventaja de este líquido es que no se ve una vez que se seca, aunque se nota que está ahí porque evita los resbalones.
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