El Ayuntamiento de Cuenca ha abierto un acta de inspección, que derivará en un expediente sancionador, al establecimiento hostelero de la calle San Pedro que sustituyó en una ventana una reja del siglo XVIII por otra moderna de características muy distintas sin ningún tipo de permiso ni licencia.
Así lo ha asegurado el concejal de Urbanismo, Julián Huete, quien ha indicado que “una vez iniciado este proceso se valorarán las explicaciones que aporte el infractor y se considerará si procede restauración a la legalidad”.
La alerta la dio la semana pasada la Real Academia Conquense de Artes y Letras (RACAL), que denunció a través de un comunicado las actuaciones de carácter privado que están dañando el patrimonio del Casco Antiguo. En concreto, hacían referencia a la reciente sustitución de la reja dieciochesca en el número 58 de la calle de San Pedro que ha supuesto la ruptura brusca de la armonía de la fachada y la pérdida de autenticidad histórica.
Al mismo tiempo, señalaban que las obras se habían realizado a plena luz del día y a la vista de todo el mundo, “sin la imprescindible obtención de la obligada licencia municipal de obra y sin que la Comisión Provincial del Patrimonio haya emitido el preceptivo informe”.
El director de la RACAL, Miguel Jiménez Monteserín, ha afirmado que “nuestra intención no es hacer de esto una guerra pero si no hay una respuesta y continúan estos atentados al patrimonio seguiremos dando la lata”.
Para los vecinos del Casco este tema no es nuevo. El caso de la reja es uno más.
Según comenta la secretaria de la Asociación de Vecinos, Pilar Suárez, en los últimos años “se han hecho verdaderas tropelías, pero no sabemos si con permiso o no”.
De cualquier modo, creen que hay diferentes “varas de medir” a la hora de consentir determinadas actuaciones. Mientras a unos vecinos se les exige demasiado, en otros casos se hace la vista gorda. “Algunos no piden ningún permiso, lo hacen y ya está, aunque después tengan que afrontar una multa”.
En cambio, si hay más control y vigilancia por parte del Patrimonio y del Ayuntamiento cuando hay subvenciones para la rehabilitación de inmuebles de por medio. “Entonces sí van los técnicos y exigen más requisitos”, señala Suárez.
En estos casos, les han llegado comentarios de gente que pide estas ayudas y después convierten el piso en un apartamento turístico “y han tenido que devolver la subvención”.
Desde la Asociación de Vecinos comparten y apoyan la denuncia de la RACAL pero son conscientes de que ellos no pueden tener un papel de control ni denunciar. “Los vecinos somos los primeros que intentamos cuidar y preservar el patrimonio, pero luego ves actuaciones por parte de las administraciones que no llegamos a entender”, apunta.