El auge de las lavanderías autoservicio llega a Cuenca como opción de ahorro

Desde hace mucho tiempo siempre las habíamos visto en las series y películas de Estados Unidos, pero desde hace tres años, este tipo de negocio ya no es algo que solo se pueda ver en la ficción americana. Se han convertido en algo ya habitual en las calles de Cuenca, y hablamos de las lavanderías autoservicio, un concepto para lavar y secar tu ropa en apenas una hora y que ahora ve su momento más álgido en la capital.
Cuenca, y España en general, siempre ha sido una provincia y un país en donde hacer la colada en los márgenes de los ríos y/o en los lavaderos municipales era el pan de cada día. Después, con la eclosión de los electrodomésticos en la década de los 60 y los 70, con la lavadora entre ellos, la sociedad pasó a limpiar sus trapos sucios en la intimidad del hogar.
Ahora, la gente está empezando a hacer uso de las lavanderías autoservicio, un nuevo modelo de negocio que surge principalmente a través de franquicias y que apenas lleva 3 años en la capital conquense. Ya cuenta con hasta 5 establecimientos en diferentes barrios de la ciudad, con mayor presencia en puntos como las Quinientas y la zona centro.
A nivel general, y según los datos de la Asociación Española de Franquicias en su informe relativo al año 2020, en España ya había 1.833 establecimientos dedicados al sector de la lavandería y tintorería, concentrado en 27 marcas y 1.620 establecimientos de franquicia.
En su conjunto, el sector franquiciado consiguió una facturación al cierre de 2019 240,2 millones de euros y, en cuanto a empleo, las lavanderías y tintorerías de franquicia generaron 3.362 puestos.
Comparado con el mismo informe de 2017, el numero de marcas aumentó un 50% con nueve enseñas nuevas pasando desde las 18 a las 27; el número de establecimientos de franquicia también creció un 62,5% desde las 997 hasta las 1.620; la facturación vio un incremento del 79,2% desde los 134,07 millones de euros hasta los 240,26 millones de euros y, por último, los empleos generados por los franquiciados aumentaron un 43% desde los 2.338 hasta los 3.362 puestos.
MOTIVOS PARA ACUDIR
Pero, ¿por qué la gente usa este tipo de negocio? Los motivos suelen ser varios: desde ahorrar en gastos de tintorería por parte de pequeños negocios hasta gente que, por ahorrarse unos euros en la factura de la luz, decide acercarse hasta uno de estos establecimientos.
Así lo pone de manifiesto Mavi Benítez, propietaria de una de las franquicias de lavandería autoservicio en la calle Jorge Torner. Desde que las rejas subieran en su negocio a mediados de 2019, notaba cómo el público, en un primer momento, era reacio a hacer la colada en este nuevo tipo de establecimientos.

Cuando pasó la pandemia y los costes energéticos comenzaron a incrementarse, ahí fue cuando su franquicia pisó el acelerador. “El invierno de 2020 fue horroroso, pero coincidiendo con el encarecimiento de la electricidad a partir de junio y julio, la gente empezó a hacer más uso de estos locales”.
Y es que, tanto esta franquicia como el resto de las presentes en la ciudad, con cinco euros ya puedes poner una lavadora de media hora, y por otros dos euros más, en 20 minutos tienes la colada seca.
“En muy poco tiempo la gente puede tener su ropa limpia y seca”, asegura Benítez, y es que, en su local, “para amenizar la espera, también pueden tomarse algo gracias a las máquinas de vending que hay instaladas”.
Misma situación le ocurre a Rubén Rodríguez en su lavandería situada en el siglo XXI. Aunque abrió sus puertas en el otoño del pasado 2021, también está notando cómo la gente está acudiendo a su establecimiento para hacer la colada. Un establecimiento que, en su caso, no está bajo ninguna franquicia.
PERFIL DEL CLIENTE
¿Quién las usa? Aquí, la respuesta puede ser muy amplia. Tanto Benítez como Rodríguez inciden en que suele ser todo tipo de clientela, pero sobre todo la gente de mediana edad, aunque este segundo apunta que a la sociedad “aún le cuesta un poco acudir a este tipo de locales de autoservicio, y más en Cuenca, donde la gente es más de tradiciones”.
Eso sí, las dos lavanderías están notando como ya no solo acuden clientes particulares, sino que cabañas rurales o pequeños negocios también están empezando a confiar en este nuevo modelo de negocio para hacer su colada.
Además, en el caso de Rodríguez, su negocio también ha empezado a ofrecer otras propuestas a empresas que lo necesiten, puesto que han incluido un rodillo de secado y planchado para ofrecer un servicio más completo orientado a negocios de la provincia. “Si un establecimiento nos hace la consulta, lo valoramos, y si vemos que sí lo podemos ofrecer, adelante”, detalla.
Con todo, el cliente general tan solo se tiene que preocupar por llevar su ropa y unas monedas, porque ya son las propias maquinas, que pueden lavar hasta 18 kilos de ropa, las que ponen tanto el agua como el detergente o demás productos para hacer que nuestra colada termine el centrifugado como si estuviera recién sacada de la tienda.