Hace 43 años se abrieron las puertas hacia la inclusión. Un grupo de familias decidió fundar ASPADEC ante la falta de recursos para sus hijos con diversidad funcional. Hoy día esa semilla ha echado raíces y la asociación cuenta con muchos medios que cubren las distintas necesidades e inquietudes de cada uno de los 130 usuarios procedentes de toda Castilla-La Mancha.
Julia Ruiz, directora de la entidad, asevera que el estigma que existe hacia los discapacitados se combate “día a día” en ASPADEC. “Ojalá consigamos mejorar su calidad de vida”, señala. Asimismo, asegura que el paradigma de los años ochenta “no tenía nada que ver” con el actual. Después de varias décadas, lo que comenzó como un simple proyecto hoy se erige como un recinto amplio con numerosas estancias salpicadas de color con zonas ajardinadas, unos lugares en los que se respira paz.
Alrededor de esta organización sin ánimo de lucro se ha construido un Centro Ocupacional con 100 plazas, uno Residencial para 30 usuarios y otro de Día para mayores de 45 años para diez discapacitados abierto desde las nueve de la mañana hasta las cinco de la tarde. ASPADEC dispone fuera de El Terminillo de 4 viviendas tuteladas repartidas por Cuenca con una capacidad de 35 personas. Estos cuentan con el apoyo de educadores y monitores.
Antonio Casado: “la asociación está mejor que hace unos años atrás”Ruiz explica que se trata de domicilios corrientes, pero con “más personas”, es decir, con grupos pequeños y entornos comunitarios. El “buque insignia” de ASPADEC es, según Ruiz, la Granja-Escuela, un recinto que se constituye como su centro neurálgico. Alrededor del 80% de beneficiarios de la residencia y de las viviendas son de la provincia de Cuenca, según los datos ofrecidos por Ruiz.
Miguel García es uno de los usuarios que viven en un domicilio supervisado. El suyo está ubicado en Carrtería. Tiene 58 años y llegó con 21 a la asociación. Su día a día se desempeña como cualquier rutina común. “Vivo con compañeros. Salimos un rato por la calle. A las nueve cenamos, nos acostamos. Nos levantamos por la mañana y vengo aquí a la cocina a trabajar”, detalla.
García está satisfecho con sus labores frente a los fogones y de su estancia en el centro. No siempre fue fácil para él. “Me costó al principio”, reconoce. Otro de los momentos más duros para él fue la pandemia. “No podía salir a la calle. Tenía que estar encerrado todo el día. Eso es lo que me sacó de quicio”, explica.
García asegura que, en cuanto a su discapacidad, puede valerse por sí mismo. “Algunos compañeros tienen que salir con monitor”, cuenta. Asimismo, se muestra agradecido con las ayudas públicas facilitadas. “Esto se mantiene por la Junta de Castilla-La Mancha”, asevera. Antes de despedirse y continuar con sus labores, Miguel invita a las personas con discapacidad a acudir al centro para que, el día de mañana, cuando no estén sus padres, residan en él.
PROYECTOS
La entidad cuenta con un programa de autogestores para generar una mayor autonomía, así como facilitar espacios propios en los que puedan expresarse y manifestar sus opiniones.
Otro de los proyectos es `Respiro Familiar´ para brindar apoyo a las familias de la comunidad con un miembro con discapacidad intelectual. Esta iniciativa persigue darles momentos de dedicación personal y descanso.
Miguel García invita a las personas con discapacidad a acudir al centro para residir en élEste año inaugura una piscina para los usuarios. La asociación crece cada año y, de momento, no cuenta con nuevos proyectos, pero sí con nuevas ideas en mente a la espera de hacerse realidad. Su apuesta del presente es afianzar las iniciativas ya en marcha.
Cada uno de estos logros ha requerido de “mucho esfuerzo”, tal y como detalla Ruiz. La última propuesta en la que han invertido parte de sus energías es en la semana de puertas abiertas, unas jornadas que cumplen su décimo aniversario y que se reanudan después de tres ediciones de parón a causa de la pandemia.
“Cada vez tiene más éxito”, afirma Ruiz.“Estamos expectantes”, concluye. La propuesta nació como una lanzadera a la integración y la sensibilización social, así como una forma de que los conquenses conozcan de cerca los recursos que ofrece.
EMPLEO
ASPADEC no solo pone a disposición de personas con discapacidad opciones de ocio o vivienda, también impulsa su inclusión laboral y les brinda apoyo para entrar en el mercado. La Granja-Escuela se abre como un espacio para el desarrollo profesional y social de los usuarios con discapacidad temporal o permanente. Los talleres impartidos desde la asociación son de cocina, cerámica, granja, huerto, jardines, lavandería, costura, manualidades, encuadernación – serigrafía, carpintería, así como diseño y artes gráficas. Gracias a la labor de la organización, actualmente hay en torno a 30 trabajadores con discapacidad contratados por el Centro Especial de Empleo, una empresa que pertenece a la organización. Desde la entidad ayuda a estas personas a prepararse para un proceso de oposiciones. Este año han conseguido plaza dos personas.
Antonio Casado está empleado como jardinero en El Terminillo desde el año 2009. Pasó previamente por una formación de seis meses y por unas prácticas.
“Entré aquí hace 18 años. Me he ido formando como persona y como trabajador”, explica. Casado, con calma, enseña el huerto que cuida con sus manos diariamente. Hay pepinos, tomates e incluso plantas aromáticas. Estas últimas las suelen preparar para llevarlas a los colegios, tal y como apunta Casado. Lo que sobra lo venden para ganar un extra. Próximamente la huerta estará repleta de puerros, patatas, calabacines y cebollas. “Sé hacer un poco de todo. Utilizar la máquina de corta césped, la desbrozadora, el cortasetos...”, comenta.
“La asociación está mejor que hace unos años atrás”, afirma. Anima a los conquenses a echar un vistazo al centro, accesible al resto de la ciudadanía en su semana de puertas abiertas para que vean por sí mosmos “cómo está y que funciona día tras día”, concluye.
Casado se despide para limpiar de malas hierbas los terrenos y, con ello, aportar su granito de arena en la Granja-Escuela.