Afrontar el diagnóstico de cualquier enfermedad es complicado pero, más si cabe, cuando se trata de cáncer. En ese momento, la vida da un giro de 180 grados y se abre paso un largo proceso de pruebas y tratamientos para los que hay que estar preparados física y psicológicamente. Y ahí entra en juego el papel de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) que, desde el pasado 19 de enero, ha recuperado su programa de voluntariado en el Hospital Virgen de la Luz, tras un largo parón por la pandemia.
Una iniciativa que permite a voluntarias de la Asociación acudir cada semana al hospital para tratar de cerca con pacientes y familiares con el objetivo de infundirles el ánimo, la esperanza y las ganas necesarias para luchar contra la enfermedad. Además, ponen a disposición de estas personas los diferentes recursos de la organización.
Coordinadas por la psicooncóloga Rocío López, cada semana cuatro mujeres voluntarias se acercan al hospital de día y las salas de espera en busca de aquellos que “necesitan desde hablar y desahogarse hasta un abrazo”, explica. Si bien, también hay ocasiones en las que entran a las habitaciones, siempre y cuando los familiares firmen un consentimiento.
Una labor “muy necesaria” que requiere de una formación previa “para que sean capaces de afrontar cualquier situación”, apostilla. Por ello, ofrecen tanto sesiones online como presenciales y todos los meses organizan quedadas para resolver dudas.
A priori parece una tarea difícil de enfrentar para cualquier persona pero, es importante tener en cuenta que gracias a ese curso previo “saben cómo actuar en cada momento”, señala Rocío. Además, siempre van en parejas para apoyarse unos a otros ya que “este tipo de voluntariado es duro”. Sin embargo, no duda en afirmar que “merece la pena” pues reciben mucho más de lo que dan.
Y es que, “si al final del día conseguimos que se vayan a casa un poquito más felices es suficiente para nosotros. Con eso nos basta”, relata la coordinadora.
“Si al final del día conseguimos que se vayan a casa un poquito más felices es suficiente para nosotros. Con eso nos basta”VOLUNTARIA
Impresiones que comparte Gloria Amador, una de las cuatro voluntarias del Virgen de la Luz, a la que esta actividad le ha dado “grandes lecciones de vida” pues “te das cuenta que normalmente nos preocupamos por cosas que carecen de importancia porque lo realmente necesario para cualquier persona es tener salud”, cuenta.
Si bien, a lo largo de cada jornada, se presentan situaciones complicadas porque “vemos de cerca el desconsuelo de la gente y la preocupación que los enfermos sienten por el futuro de sus familiares en el caso de que algún día falten”, apostilla.
A pesar de ello, no duda en recomendar el programa a aquellos que “sientan la necesidad de ayudar a los demás”, aunque recomienda “estar preparados a todos los niveles”.
LLAMAMIENTO
Con todo, desde la Asociación Española Contra el Cáncer de Cuenca hacen un llamamiento a la ciudadanía pues necesitan voluntarios, ya no solo para acudir al Virgen de la Luz, sino para poder desarrollar el resto de actividades que ponen en marcha a lo largo del año.