Los precios, los costes de producción, los aranceles, la burocracia y la despoblación. Son muchos los problemas que, según la Asociación en Defensa del Campo de la provincia de Cuenca (ADECCU), "amenazan la agricultura y ganadería de nuestra provincia y, en general, de todo el país". Por esa razón, decenas de agricultores y ganaderos se han echado a la calle y se han concentrado este mediodía a las puertas de la Delegación de Agricultura de Cuenca.
“Todo apunta a que 2025 va a ser peor que 2024 para la agricultura y ganadería en España”. Así de rotundo se muestra César García, socio fundador de la Asociación en Defensa del Campo de la provincia de Cuenca, y ganadero en extensivo de ovino en la Serranía de Cuenca.
Para César García, los problemas a los que se enfrentan cada mañana son un suma y sigue a pesar de las protestas y tractoradas realizadas el año pasado. Reconoce que se han producido “avances en algunas cosas”, pero insiste: “Los fertilizantes nitrogenados están disparados con las amenazas de los aranceles de Rusia, el gasóleo agrícola está subiendo por momentos y nuestros productos siguen bajando”. La burocracia es, según García, una “traba asfixiante” y competir con los países emergentes se ha convertido en “misión imposible”.
García culpa a los burócratas de la situación actual del campo y exige que se respete el tratado de preferencia firmado en Lisboa y se pueda competir con los países emergentes. “Mientras haya cordero en Europa, no lo traigamos de fuera; mientras haya trigo en Europa, no lo traigamos de Ucrania. Es imposible competir con los países emergentes”, afirma.
Para García, “los burócratas se han propuesto acabar con nosotros y nosotros les decimos que nunca van a ganar porque no nos vamos a rendir. Que sujeten los costes de producción porque no se puede trabajar. Va a llegar el día en que no vamos a poder poner los tractores en marcha; no se puede estar trabajando a pérdidas, están ahogando al sector”.
Jóvenes y cultivo ecológico
Pedro José Garrido tiene 52 años y es agricultor en el municipio de Villarta. Más de tres décadas de dedicación al campo que, hoy, “vive una situación muy delicada”.
“Los precios están bajando y los suministros subiendo. Hay gente joven, como mi hijo, que quiere vivir de la agricultura pero no puede hacerlo porque todo son trabas. Muchos jóvenes han hecho inversiones importantes y hoy les resulta imposible hacer frente a los préstamos”.
Jesús Garrido pone también el foco en las dificultades del cultivo ecológico. “El ecológico se ha hundido, dejan pasar de terceros países sin controles y al final va a ser una agricultura inviable”, asegura.