El ascenso de las temperaturas en este final del invierno, con semanas que han resultado totalmente primaverales salvo a primera hora de la mañana y durante la noche, ha propiciado una caída de la demanda eléctrica, al reducir muchos ciudadanos el consumo de la calefacción tanto en el hogar como en las empresas.
En concreto, según los datos de la Red Eléctrica de España (REE), durante el mes de febrero se demandaron en el conjunto de la península un total de 20.174 gigavatios hora (GWh), lo que supone un descenso del 5,2 por ciento con respecto al mismo mes del año anterior.
Y en el el caso de Cuenca capital, según los datos facilitados por Eléctrica Conquense, la demanda bajó de forma importante en febrero, quedándose en 13.929.314 kilovatios hora (kWh) frente a los 15.600.227 de febrero de 2018. En enero, no obstante, la demanda se incrementó ligeramente, pasando de los 16.771.274 kWh de 2018 a un total de 16.956.513, aunque en diciembre de 2018 también se observó un descenso con respecto al año anterior, pasando la demanda de 16.961.622 kWh a 15.802.175.
Por otro lado, en el conjunto de la península se observa una tendencia a generar energía produciendo un menor número de emisiones de CO2. Así, el pasado mes de febrero la generación procedente de fuentes de energía renovable representó el 37,6 por ciento de la producción. La eólica, tan presente en la provincia, tuvo un peso del 49 por ciento, seguida en relevancia por la hidráulica (34 por ciento) y la solar (11 por ciento). La producción de origen eólico descendió no obstante en febrero en un 18,5 por ciento, alcanzando los 3.619 GWh. El 62,7 por ciento de la producción eléctrica de febrero procedía de tecnologías que no emiten CO2
El potencial de Cuenca
El potencial de una provincia como Cuenca para la generación de una energía como la solar es por ejemplo enorme: sus 17.141 kilómetros cuadrados, unidos a las 1.500 horas de sol anual, permitirían producir, en el caso de llenar la provincia de placas solares, 25 millones de GWh por hora, cantidad con la que se podría abastecer de consumo eléctrico a todo el planeta.
Y Cuenca también está apostando fuertemente por la generación de energía a través de la biomasa, con calderas instaladas tanto en hogares como en administraciones públicas, colegios e institutos. Una energía limpia que, además de costar en torno a un 50 por ciento menos que una caldera de gasoil, contribuye a la reducción de contaminantes a la atmósfera