El paso del tiempo, como en todo, también hace mella en los edificios históricos de Cuenca provocando daños que deben ser reparados para evitar males mayores. Este el caso del Espacio Torner, el antiguo templo gótico del Convento de San Pablo que, en los últimos años, ha visto como tanto la cubierta del edificio como la fachada se han ido deteriorando.
La acción del agua ha hecho que el tejado del Espacio Torner se desgaste por lo que es necesario impermeabilizarlo para que las filtraciones no provoquen daños en el interior. Del mismo modo, la fachada presenta falta de material a consecuencia de la erosión y se va a someter a un proceso integral de restauración. Actuaciones que van a llevarse a cabo de la mano del Consorcio Ciudad de Cuenca, ya que ha concedido a la Fundación Torner la primera subvención de concurrencia competitiva para la rehabilitación de edificios singulares del Casco Antiguo y está pendiente la concesión de una segunda aportación económica. Por ello, estas reparaciones se llevarán a cabo en dos fases que se solaparán en el tiempo para agilizar el proceso. La primera consta de 98.698 euros, montante que ha sido destinado a la instalación de andamios, pago de tasas urbanísticas y licencia de obra mientras que la segunda aportación, de 233.334 euros y que todavía no ha sido adjudicada, se utilizará para llevar a cabo la rehabilitación en sí del tejado, el frontal y también de las carpinterías del edificio.
A priori parece una obra sencilla pero la ubicación del inmueble, al borde de la hoz del Huécar, trae consigo ciertas complicaciones que harán que las actuaciones se prolonguen “hasta final de año”, tal y como ha señalado la directora del Espacio Torner, Marta Moset a Las Noticias de Cuenca.
En este sentido, es necesario tener en cuenta que, al no poder instalar andamios en todo el perímetro, ya que no hay modo de anclarlos al suelo, solo se ha levantado una estructura en la parte frontal (imagen 1) . Ésta se ha conectado a una pasarela que se ha construido sobre el tejado y por ella los obreros transportarán todos los materiales a un diminuto terreno que se encuentra entre la zona de los despachos y la piedra sobre la que se levanta el edificio. En ese punto se construirá un segundo andamio, aunque habrá zonas a las que no se pueda llegar por lo que será necesario que los operarios se descuelguen con líneas de vida para acometer los trabajos en los últimos metros de alero (imagen 3).
En cuanto a la reparación de la cubierta, se propone levantar la cobertura de teja de todos los faldones. Sobre el tablero de madera de la estructura se colocará un panel ‘onduline’ (aislante de gran calidad) y más tarde las tejas recuperadas, complementando las mermas con tejas nuevas similares. Como complemento, se repararán las grietas de los muros portantes, se repararán las cornisas y se repondrán las partes en donde falte material. Todo ello manteniendo las condiciones estéticas, de resistencia, elasticidad y durabilidad ya que al tratarse de un edificio declarado Bien de Interés Cultural (BIC) deben seguirse ciertos protocolos.
En la fachada, por otro lado, se acometerá su restauración bajo la supervisión de arqueólogos y restauradores ya que, debido a la erosión, hay daños y pérdidas de material sobre todo en la parte baja.
Para terminar, se sustituirán las carpinterías –ventanas– en la zona de los despachos, tras la cabecera de la iglesia, en los espacios de servicio junto a la Capilla del Rosario (imagen 2) y en la fachada principal. Todo ello empleando madera con acabado en pintura del mismo color que el existente y con vidrios similares.
Una vez concluya lo detallado anteriormente, se montará un pequeño andamio en el interior para contener una humedad en la bóveda del edificio (imagen 4) para “evitar que se extienda”, explica Marta Moset.
Sin embargo, a pesar de la complejidad que trae consigo esta actuación, el Espacio Torner permanecerá abierto y mantendrá su horario de visitas habitual, salvo en días puntuales que los trabajos lo impidan. Eso sí, durante la celebración de Estival las obras se llevarán a cabo en zonas no visibles para no interrumpir su desarrollo y también se tendrá en cuenta al Parador de Turismo con quien mantienen una relación constante para evitar que los huéspedes vean alteradas sus horas de descanso.
Con todo, la directora-gerente del Espacio Torner, Marta Moset, espera que “trabajemos rápido para que concluya cuanto antes esta rehabilitación en la que llevamos trabajando más dos años”. Y es que, es fundamental que se acometan las reparaciones porque “sino las humedades acabarían afectando a la estructura”, explica Moset.
No obstante, desde la Fundación Torner tienen como objetivo a largo plazo restaurar las pinturas del interior, como las de la Capilla del Rosario (imagen 2), ya que han perdido color con el paso de los años. Si bien, este es un propósito “a largo plazo” pues en la actualidad están centrados en concluir la reparación de la cubierta y la fachada.