Catedral de Cuenca
El Arco de Jamete recuperará en breve en el parteluz su figura clave, el Ecce Homo
El Arco de Sebastián Ramírez de Fuenleal de la Catedral de Cuenca–más conocido como Arco de Jamete– va a recuperar en breve su figura clave, una escultura de piedra de un Ecce Homo, que regresará a su ubicación original en la hornacina existente en el parteluz de acceso al claustro del templo.
Esperado regreso que, según el director de la Catedral, Miguel Ángel Albares, se producirá en tan solo unas semanas, probablemente a lo largo del presente mes de agosto, una vez concluyan los trabajos de reconstrucción del pedestal de piedra en el que descansará esta escultura, así como la limpieza y restauración de ésta. Tareas que se están desarrollando en la actualidad y que se enmarcan dentro del Plan de Limpieza y Conservación de Obras de Arte de la Catedral y que suponen la continuidad a la restauración de esta escultura, que resultó partida por el cuello en el hundimiento de la Torre del Giraldo en el año 1902.
Para Albares, aunque sea de poca envergadura, esta intervención es muy significativa, porque “al regresar la pieza clave del Arco de Jamete a su lugar original, se recupera, de alguna manera, el concepto que tuvo Esteban Jamete, cuyo auténtico nombre era Etienne Jamet, cuando concibió este espectacular arco”, considerado por muchos como una de las obras maestras del Renacimiento en España en el interior de un edificio.
La labor de reconstrucción de la peana de piedra decorada con unas calaveras sobre la que volverá a descansar el Ecce Homo está siendo ejecutada por las restauradoras del Plan de Limpieza y Conservación de Obras de Arte de la Catedral de manera simultánea con otras intervenciones, como la de la rejería de la capilla Muñoz o la recientemente concluida de la capilla de San Mateo y San Lorenzo, que, precisamente, abría sus puertas al público el pasado fin de semana, junto a la capilla de Santa Catalina.
Precisamente, este fin de semana se ha trasladado la escultura del Ecce Homo desde la antesala Capitular hasta las proximidades del Arco de Jamete con el fin de acometer su limpieza y ligera restauración antes de ser colocada en la hornacina del parteluz.
SAN MATEO Y SAN LORENZO
El también capellán mayor de la Catedral ha detallado, precisamente, que la recientemente finalizada actuación en la capilla de San Mateo y San Lorenzo, que se ha desarrollado durante los meses de junio y julio, se ha centrado en una profunda limpieza, tanto de los paramentos como de la rejería de entrada a la capilla y del retablo de San Mateo y San Lorenzo (1553), cuya mazonería es obra de Esteban Jamete y la pintura sobre tabla de Martín Gómez el Viejo.
Se ha instalado igualmente la iluminación ornamental de la capilla y se ha intervenido en el altar de mármol, que sirve de base al citado retablo, acometiendo una exhaustiva limpieza y realizando en ambos laterales sendas aperturas tapadas con rejilla con el fin de acabar con los problemas de humedades.
En su origen esta capilla era la de San Juan Bautista y el retablo del siglo XVI de San Mateo y San Lorenzo se encontraba instalado justamente en una de las capillas de enfrente, en la nave norte de la Catedral, donde, en la actualidad, está la capilla de la Coronación de Espinas.
Indicar, por último, que esta capilla tiene su entrada a través de un arco de medio punto y se cubre con una bóveda de crucería estrellada, en cuyas claves se encuentran los escudos de armas de la familia Montoya. En ella, además, se guarda desde hace un tiempo el Pendón de Alfonso VIII, que cada año se entrega a la ciudad de Cuenca en las vísperas de las fiestas de San Mateo.