Durante la Semana Santa la capital no andará lejos de duplicar su población. Y la llegada de visitantes, tanto de conquenses que residen fuera como de turistas, unida a la alta participación de nazarenos en las procesiones, hace que el tráfico rodado por la ciudad se dispare en estos días y no sea fácil encontrar aparcamiento.
Algo que sobre todo se aprecia en la zona centro coincidiendo con el horario de las procesiones, aunque varios barrios de la ciudad como San Antón, Pozo de las Nieves, Casablanca o Siglo XXI también se encuentran desbordados.
Al estar prohibido durante los desfiles el acceso al Casco Antiguo tanto por la puerta de Valencia como por el puente de la Constitución, la mayoría de la gente que hace uso del coche para llegar al centro busca aparcamiento por el entorno del parque de San Julián, plaza de España y parque del Huécar.
Pero también los hay que se desvían ligeramente y tratan de aparcar por el parque de Los Moralejos, El Sargal, Tiradores o los citados San Antón y Pozo de las Nieves.
Infracciones
La escasez de aparcamiento en todas estas zonas llevó, sobre todo en los primeros días en que hubo procesiones, a que algunos ciudadanos, cansados de dar vueltas, aparcaran en zonas no habilitadas para ello, tratando, eso sí, de no entorpecer el paso a otros vehículos. Aunque no siempre eso es posible.
Un vecino del Pozo de las Nieves se quejaba esta semana de que los vehículos hayan tomado un parque infantil de este barrio de la ciudad para aparcar.
“La gente ya no tiene vergüenza para aparcar invadiendo incluso los parques públicos sin que la Policía Local y mucho menos los trabajadores de la ORA hagan nada”, denunciaba.
Aunque en estos días la prioridad de los agentes está, lógicamente, en tratar de prevenir incidentes en zonas de paso de las procesiones o de mayor concentración de personas.
El hecho de que todas las tardes se suprima la línea 2 de autobuses y se recorte la 1, unido a los desvíos y a alguna supresión en las 5 y 6, estaría también detrás de la necesidad de muchos ciudadanos de hacer uso del vehículo privado.
El lugar donde más sencillo resulta aparcar sin incrementar el tráfico por la zona centro es en la explanada de los antiguos terrenos del Serranía, que estos días ha estado abarrotada pero, al ser tan amplia, normalmente con sitios libres. De aquí a Carretería se tarda poco más de cinco minutos andando por la calle Antonio Maura.
Aunque ya algo más alejado, otro espacio donde el aparcamiento está garantizado es la explanada del Bosque de Acero. La entrada a esta infraestructura se ha convertido, de hecho, en un aparcamiento improvisado donde cada día aparcan una treintena de vehículos. Y hay espacio para muchos más tanto en dirección a la Ronda Oeste como al parque de Bomberos. El problema es que es una explanada desierta y sin vigilancia.
También en la zona baja del barrio de Fuente del Oro, junto al Júcar, una zona que se suele llenar durante la Feria y Fiestas de San Julián, ha habido estos días bastantes plazas libres, aunque queda a unos quince minutos del centro.
Parking de pago
Existe asimismo la posibilidad de dejar el coche en aparcamientos de pago, aunque el de la plaza de España, con unas 70 plazas, enseguida se llena, y los de Mangana y San Pedro no resultan operativos durante las horas de procesiones, al estar cortado el acceso al Casco por Alfonso VIII.
El que, al contrario que el resto de año, sí es muy demandado es el parking del Teatro-Auditorio, tanto por turistas como por quienes acuden a los conciertos de la Semana de Música Religiosa (SMR). Pese a su gran capacidad, el más espacioso de la ciudad con 243 plazas, y a que la lluvia ha reducido la demanda con respecto a otros años, prácticamente se está llenando todos los días, sobre todo a partir del mediodía.
Las posibilidades de aparcamiento de pago se incrementarán notablemente el próximo año con la próxima apertura, tras ocho años paralizado, del parking de Astrana Marín, que ofrecerá cerca de 300 plazas, para residentes pero sobre todo en rotación.
