El 2024 se presenta como un gran año para la Asociación de Familiares y Enfermos de Parkinson y otras Enfermedades Neurodegenerativas (Parkinson Cuenca). Ampliar instalaciones y contar con una Unidad de Movimiento específica para este tipo de enfermos en el nuevo hospital de Cuenca son dos objetivos que esperan cumplir a corto plazo.
Así lo pone de manifiesto la directora y trabajadora social de la entidad, Beatriz Hernández Luengo, con motivo del Día Mundial del Parkinson que se conmemora este 11 de abril.
Actualmente, 604 personas, entre familiares y enfermos, están asociadas a la entidad que este año cumple once años. Un número considerable de usuarios de toda la provincia que ha llevado a la asociación a buscar un nuevo local, lo que conllevaría también un incremento de la plantilla.
“Estamos en un momento en el que nuestra sede se nos empieza a quedar pequeña, por ello vamos a contar con otro espacio en la ciudad, aunque mantendremos nuestras instalaciones. Además, tendremos capacidad para contar con más profesionales, a parte de las 11 personas que estamos trabajando actualmente”, explica Hernández. Por ahora, desde el colectivo prefieren no desvelar la ubicación exacta de estas nuevas dependencias porque están ultimándose los últimos acuerdos.
En cuanto al nuevo hospital de Cuenca, desde la Asociación consideran imprescindible contar con una Unidad de Movimiento destinada específicamente a los enfermos de Parkinson para evitar el desplazamiento de los pacientes a los centros hospitalarios de Ciudad Real o Albacete, como ocurre en la actualidad.
“Teniendo en cuenta el volumen de enfermos de Parkinson que hay en la provincia de Cuenca y que ésta es la segunda enfermedad neurológica más importante tan solo después del Alzheimer creemos que es muy importante contar con este nuevo servicio”, asegura la directora.
La Asociación Parkinson Cuenca presta servicio tanto en su centro de la capital como en la provincia gracias a diferentes Servicios itinerantes de Promoción de la Autonomía Personal SEPAP-MejoraT. Es decir, se desplazan por los pueblos para llevar a cabo las sesiones y terapias con los usuarios.
“Estamos en un momento en el que nuestra sede actual se nos empieza a quedar pequeña, por ello vamos a contar con otro espacio en la ciudad, aunque mantendremos el local actual”
Actualmente atienden a setenta personas en la zona de La Serranía (Beteta, Priego, Cañamares y Villar de Domingo García, entre otros municipios), así como a medio centenar gracias al SEPAP Urbano de la capital y otras setenta gracias al servicio de la zona de Villares del Saz, que discurre por las localidades de San Lorenzo de la Parrilla, Cervera del Llano, El Hito, Montalbo y Saelices.
Eso sí, no solo prestan servicio a personas acfectadas de parkinson, sino que también han puesto sus instalaciones a disposición de aquellas personas que padecen una enfermedad neurodegenerativa o rara. “Pueden venir a pedirnos información, nosotros les valoraremos y les atenderemos en función de sus necesidades”, asegura Hernández.
Sus puertas están abiertas a todo el mundo. Cada día decenas de personas pasan por Parkinson Cuenca para acudir a terapia, a sesiones de fisioterapia, logopeda o psicología que les hacen más llevaderas el día a día.
Personas como Soco e I.G. (prefiere no desvelar su identidad) acudieron a la Asociación en busca de ayuda. A Soco le detectaron parkinson hace ya una década tras notar una “pérdida de movilidad en una pierna”. Desde el diagnóstico su vida ha cambiado pero intenta mantenerse activa para que la enfermada avance lo más lentamente posible. “Me ha cambiado, sobre todo, la imagen porque ahora voy bastante encorvada”, cuenta. Eso sí, no puede estar más contenta de haber acudido a Parkinson Cuenca hace ya cinco años.
“Me siento como en casa, nos tratan con muchísimo cariño y al venir aquí conozco a gente que está en la misma situación que yo y nos comprendemos los unos a los otros”, apostilla. Como enferma de parkinson desde hace una década, Soco anima a todas las personas a acudir al médico “en cuanto noten algo raro porque es fundamental pillar la enfermedad a tiempo para ralentizar su avance”, subraya.
Hace apenas unos meses, I.G. llegó a la asociación tras recibir el diagnóstico de parkinson que recibió “como un mazazo”. En su caso, no se lo esperaba para nada ya que el temblor de piernas que tenía por aquel entonces creía que era fruto del estrés. “Fui al otorrino por otra patología, le llamó la atención el movimiento de mi pierna, pero yo no le di importancia, meses después me volvió a ver en consulta, me reconoció y me volvió a recomendar ir al especialista”. Fue entonces cuando se preocupó y siguió el consejo de acudir a consulta hasta que llegó la confirmación. Tenía 57 años y un año después sigue asimilando la noticia.
Desde Parkinson Cuenca le ayudan a afrontar su realidad y, además, acude dos veces en semana a clases de pilates porque “el ejercicio es fundamental para frenar el avance de la enfermedad”, reconoce. I.G. es natural de un municipio de Ciudad Real, pero por trabajo lleva cuatro años en Cuenca capital donde sus compañeros han sido su gran apoyo. “Sin ellos y sin las profesionales de Parkinson Cuenca hubiera sido mucho más duro porque estoy lejos de mi familia y ellos me ayudan cada día”, concluye.