Alumnos del UFIL lanzan una encuesta para reflexionar acerca del mercado municipal

¿Compra habitualmente en el mercado municipal de Cuenca? Si no lo hace, ¿a qué se debe? Si se rehabilitara el edificio, ¿se animaría a adquirir sus productos en este enclave? ¿Cómo debería remodelarse? ¿Le gustaría que el inmueble acogiese exhibiciones de cocina, restaurantes, cervecerías o nuevos espacios para niños, mascotas, productos ecológicos, artesanos locales o pequeños productores de la tierra? Estas son algunas de las preguntas que plantea una encuesta que ha lanzado un equipo de tres estudiantes del proyecto del Ayuntamiento de la capital Urban Forest Innovation Lab (UFIL) con el fin de conocer la opinión de la ciudadanía acerca de una posible adecuación de este entorno.

El equipo está formado por Álvaro Tarancón Vinuesa, ingeniero de Edificación; Silvia de la Barrera Cebrián, graduada en Ciencias Ambientales y con un máster en Sostenibilidad ambiental en el desarrollo local y territorial; y Adrián Triguero, con un ciclo de Formación Profesional (FP) de Fabricación a medida en madera y mueble.

La encuesta nace en el marco del UFIL, un proyecto puesto en marcha por el Consistorio de la ciudad en colaboración con la Universidad de Castilla-La Mancha, la Diputación de Cuenca, la Junta de Comunidades y la Universidad Politécnica de Madrid, entre otros.

En el marco del UFIL, que se plantea como un máster pero no al uso, los estudiantes deberán responder a tres retos. El segundo de ellos, que es en el que se encuentran en estos momentos, consiste en proponer soluciones para remozar una zona de la ciudad utilizando como recurso mayoritario la madera de los bosques de la provincia.

Hay doce grupos trabajando en este reto y se intentará que las tres mejores propuestas se puedan poner en marcha. Este estudiante reconoce que la remodelación de un edificio de este tipo es un proyecto “faraónico” pero finalmente se decantaron por este inmueble por los beneficios que podría reportar a la ciudad y el impacto económico que tendría. “Era lo que más nos motivaba y lo que mejor respondía al reto”, señala Tarancón Vinuesa.

Hay que recordar que la remodelación de la plaza de España y del mercado municipal es una de las asignaturas pendientes de esta ciudad, contemplada en la agenda tanto del actual equipo de gobierno como del anterior.

Buscamos la manera de crear un diálogo entre el mercado y la plaza de España

Este equipo de estudiantes se encuentra en estos momentos en fase de investigación para proponer una solución a este reto. Este alumno destaca que, para que este tipo de propuestas funcionen, es necesario tener en cuenta la opinión de los usuarios finales por lo que han lanzado una encuesta para conocer el parecer de los conquenses acerca del mercado municipal, que se encuentra en un avanzado estado de deterioro y en el que practicamente no quedan comerciantes. “Estamos comprobando que es una minoría la que compra aquí”, explica.

Están muy satisfechos con la respuesta que está teniendo la encuesta, que se lanzó el pasado viernes 4 de septiembre y, de momento, ya ha sido contestada por unas 200 personas. “Hay gente que dice que no viene al mercado por su estado, con nidos de palomas, desconchones, grafitis…”, detalla, al tiempo que él recuerda que también ha albergado botellones.

Los interesados en responder a la respuesta pueden hacerlo pinchando en este enlace.

A falta de analizar los datos que recopilen, ya tienen en mente algunas propuestas para hacer más atractivo este espacio como, por ejemplo, poner en valor productos locales y ecológicos, organizar showcooking, crear un laboratorio de investigación gastronómica, erigir espacios para niños y mascotas, y albergar restaurantes o cervecerías. Y para ello lanzan la mirada hacia otros modelos exitosos como el Mercado Central de Valencia, el Mercado de San Miguel de Madrid o La Boquería en Barcelona.

Otro de los problemas que refieren es que no hay una “relación eficaz” entre el edificio y la plaza de España. “Estamos buscando la manera de crear un diálogo entre el mercado y el entorno. Y no solo hay que eliminar barreras arquitectónicas. Es que el edificio no tiene visibilidad ninguna”, lamenta.

“Una ciudad sin mercado es como si entras a una vivienda y no tiene cocina. En las poblaciones en las que funciona y es eficaz, es un punto de encuentro, un motor económico, el alma de la ciudad. Y en Cuenca ya lo fue antiguamente cuando era el mercado de la Plaza de los Carros. Era un punto neurálgico”, resalta.

“Creemos que la forma más eficaz de conseguir esto es a través del diseño arquitectónico. Con toda la información que recabemos, queremos proponer un cambio radical”, concluye.

DISEÑO BIOCLIMÁTICO

Hay gente que dice que hay que tirar el edificio del mercado municipal y hacer uno nuevo. Desde el punto de vista de la sostenibilidad y la economía circular, eso es inviable en la actualidad. La solución no es esa. No se puede seguir con la cultura de usar y tirar”, reflexiona Álvaro Tarancón Vinuesa acerca de la rehabilitación de este espacio. “Nuestra propuesta es dejar el esqueleto, la estructura, y hacer algo más funcional. Todos los elementos nuevos que se incluyan pueden y deben estar hechos con madera”, cuenta.

Así, la intención de estos tres estudiantes es servirse de estrategias de diseño bioclimático para que su propuesta para el edificio del mercado municipal sea sostenible. Su idea pasa por utilizar lamas, dotando al inmueble de una “segunda piel”, un sistema que, según explica este alumno del proyecto UFIL, se utiliza mucho en este tipo de arquitectura.

ESTRUCTURA DE CACTUS

Y para ello se han inspirado en la estructura en forma de costillar que tienen algunos cactus para darse sombra a sí mismos y protegerse del exceso de sol en verano. De esta manera, Tarancón Vinuesa concreta que la propuesta de su equipo contaría con una “primera piel”, que es la que estaría en la parte de dentro del inmueble y que sería un muro cortina de vidrio.

“Esto generaría un efecto invernadero. En invierno, si el sol incide sobre el vidrio, tienes una ganancia térmica pasiva y gratuita. Te ayuda a calefactar el edificio aprovechando la energía solar. Pero en verano sería contraproducente”, reconoce este estudiante. Por ello, plantean colocar por encima del muro de vidrio un sistema domotizado de lamas que girarían sobre sí mismas y no dejarían pasar al astro rey.

“Nuestra propuesta es dejar el esqueleto, la estructura, y hacer algo más funcional. Todos los elementos nuevos que se incluyan pueden y deben estar hechos con madera”

UNA SEGUNDA PIEL TUPIDA

“Las lamas formarían una segunda piel tupida protegiendo al vidrio al generar una zona de sombra, imitando al sistema costillar de los cactus”, precisa. Y respetando la idea de aprovechar al máximo el abundante recurso con el que cuenta Cuenca, la madera, estas lamas podrían ser de este material.

Igualmente, este equipo de estudiantes señala que también se podrían utilizar planchas de madera laminada cruzada (conocida como CLT) para fachadas, tabiques y revestimientos, tanto para suelos como techos. “Se está innovando mucho con este material. Es una solución con madera muy polivalente. Con eso podrías hacer el mercado entero”, subraya.

La madera podría utilizarse asimismo para el mobiliario, tanto del edificio del mercado municipal como para el entorno. “También queremos intervenir en la zona de la plaza de España con más zonas verdes y de sombra, con más bancos... Cualquier elemento nuevo que se incluya puede ser de este material”, apunta. Además, los locales que se instalen en el inmueble también podrían tener terrazas fuera, teniendo en cuenta también la madera para su diseño. “Cuenca tiene un recurso que si se gestiona bien te lo puede dar todo”, concluye.