Treinta y un años después de que el torno del alfarero Pedro Mercedes (1999-2008) dejara de girar, y tras más de veinte de negociaciones entre la familia y las administraciones, el viejo inmueble de principios del siglo XVI ubicado en el bario de San Antón está, por fin, cerca de volver a abrir sus puertas como museo de una actividad, la alfarera, que es la única que en toda su historia ha acogido, la última en el periodo 1948-1988 con Pedro Mercedes al frente de un taller dedicado tanto a la confección de ollas, cántaros, vasijas y otros utensilios de barro como a la conversión de esos mismos utensilios en obras de arte a través de la experimentación que Mercedes hizo de las formas y volúmenes, los barnices y los jaspeados.
La empresa Cobe Construcciones SL.iniciaba la pasada semana las obras de remodelación del espacio, unos trabajos de doce meses de duración cuyo coste, financiado por el Consorcio Ciudad de Cuenca, alcanza los 610.948,21 euros, y este lunes visitaban el alfar representantes de las administraciones que forman parte del Consorcio como el alcalde de Cuenca, Darío Dolz, el vicepresidente del Gobierno regional, José Luis Martínez Guijarro, el presidente de la Diputación, Álvaro Martínez Chana, o el subdelegado del Gobierno en Cuenca, Juan Rodríguez Cantos, además del hijo del alfarero, Tomás Mercedes.
Este último mostraba su “ilusión” y su “alegría” por el arranque de unas obras tantos años esperadas que van a permitir mostrar al público el que está considerado el último alfar de Castilla-La Mancha, para lo que se van a llevar a cabo trabajos de conservación y consolidación dado su deteriorado estado, como han podido comprobar personalmente los presentes en un recorrido por las dos plantas del inmueble.
Mostrar el antiguo taller de Pedro Mercedes, que contaba con un torno de pie y otro árabe, además del horno de leña, es uno de los objetivos que se persiguen con esta reforma. Pero a ello se añadirá un espacio expositivo en el que se mostrarán algunas de sus obras de cerámica, seleccionadas de entre las 240 que el Gobierno regional adquirió en el año 2002, otra serie de piezas propiedad del Ayuntamiento o aquellas que siguen estando en manos de la familia y puedan resultar de interés.
Se trata, además, de que este inmueble de la Avenida de los Alfares, cuyo barrio era conocido antiguamente como barrio de las Ollerías por su dedicación a la alfarería, no se limite a abrir sus puertas como museo, sino que sea un espacio “vivo”, que junto a otras exposiciones temporales pueda acoger también talleres de enseñanza y práctica de cerámica y otras artes plásticas, conferencias y reuniones, salas estas últimas que podrán utilizar preferentemente los vecinos del barrio.
El arqueólogo Santiago David Domínguez-Solera asegura que el proyecto elaborado para esta reforma es muy respetuoso con un edificio de enorme valor arqueológico y etnográfico que gracias a la renovadora labor de Pedro Mercedes acogió el paso “de la alfarería tradicional a la artística”.
El alcalde, Darío Dolz, se ha mostrado muy satisfecho ante el inicio de las obras en un edificio que a su entender es “un icono de la ciudad” y que confía en que, de aquí a un año, se convierta tanto en un espacio para conquenses y vecinos de San Antón como para los turistas.