Los familiares y enfermos de Alzheimer y otras demencias se enfrentan diariamente a una difícil situación con la que están obligados a convivir y que superan muchas veces con ayuda de organizaciones, como AFYEDALCU, que ponen a su disposición diversos programas que llegan a convertirse en herramientas fundamentales en el día a día. Una situación que se ha complicado, más si cabe, con la crisis de la COVID-19 y el consiguiente confinamiento en casa, que ha supuesto un agravamiento de la enfermedad.
Conscientes de este nuevo escenario, desde la Asociación de Familiares y Enfermos de Alzheimer de Cuenca (AFYEDALCU) no se ha querido dejar solo a este colectivo y ha mantenido durante la pandemia su apoyo a la veintena de familias que venían utilizando sus programas de Unidad de Respiro y de Taller de Memoria, pero, eso sí, de una manera muy diferente a la habitual y con el teléfono y el correo electrónico como herramientas.
“No podíamos permitir que estas familias se quedaran desamparadas en una situación de encierro total en casa, con lo que eso supone para una persona con algún tipo de demencia. Pensamos que en ese momento, más que nunca, nuestra ayuda era muy necesaria ante el previsible empeoramiento de la enfermedad a consecuencia de la cuarentena”, explica Yolanda Carlavilla, trabajadora social de AFYEDALCU.
La trabajadora social y la psicóloga de la asociación se han encargado estos días de contactar telefónicamente o por videollamada con los cuidadores de estos enfermos de Alzheimer para “darles esas pautas de actuación y asesoramiento ante un escenario totalmente novedoso como éste”, mientras que las auxiliares sociosanitarias les han estado enviando vídeos y otro material con el objeto de entretenerlos y estimularles cognitivamente; algo, a su juicio, fundamental al estar adaptado al grado cognitivo de cada uno”.
Una atención que está siendo muy bien recibida por los usuarios, porque, según Carlavilla, “ha servido de respiro y salvavidas para estos cuidadores en una situación tan complicada; una manera, sin duda, de no sentirse solos ante esta enfermedad”. Y es que, tal y como recalca, “no se puede obviar que la gran mayoría de los beneficiarios de estos programas son matrimonios de más de 70 años, que, en muchos casos, viven solos en casa y eso es difícil de llevar”.
Pero las consecuencias de esta crisis sanitaria en este colectivo no se han quedado solamente ahí. Ese agravamiento de la enfermedad en este escenario de encierro ha hecho que surjan nuevos casos, según puntualiza Carlavilla, hasta el punto de que “una persona que padecía una demencia muy leve, casi inexistente, ahora se le haya agudizado con los problemas de convivencia que eso conlleva para su entorno más cercano”.
En estos casos, tal y como recuerda, “es muy importante la información que proporcionamos sobre la enfermedad y cómo comportarse y gestionar la nueva situación, entre otros motivos, porque en las actuales circunstancias está siendo bastante complicada la visita a un psiquiatra o un neurólogo”.
DESCONFINAMIENTO
Con el inicio de la desescalada, el escenario ha vuelto a cambiar y le ha permitido a AFYDEALCU un mayor margen de maniobra. De hecho, esta semana ha comenzado el reparto de fichas y material físico de estimulación para cada uno de sus usuarios y “conforme avancen las fases de desconfinamiento, iremos tomando medidas para seguir trabajando y adaptarnos a esa nueva normalidad”, agrega.
Un material didáctico adaptado al nivel cognitivo de cada uno de los usuarios que han tenido que elaborarse en estos días, ya que el existente iba rotando, lo que, ahora, es impensable ante el riesgo de contagio. Reparto de material que se está realizando de dos maneras, o los familiares acuden a la sede y allí se les entrega o, si no pueden, se les lleva a sus casas.
En estos días han tenido, por el momento, tres nuevos casos, que han acudido a la asociación en demanda de información y ayuda, puesto que “les ha cogido desprevenidos; y no es de extrañar, porque, en algún caso, hasta ahora no se había ni manifestado la demencia y con esta situación de encierro ha surgido”. Es por ello que desde AFYEDALCU se insiste en recordar que “estamos no solo para los casos y familias que teníamos sino que nos encontramos a disposición de todas las familias y personas que nos puedan necesitar, puesto que este momento de cambios de rutinas debido al encierro por la COVID-19 está incidiendo negativamente en personas con algún tipo de demencia, agravando su situación y haciendo complicada la convivencia en el hogar”.