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Adiós a Francisco Alarcón Díaz, conquense hasta la médula

El popular locutor de Onda Cero, de 75 años de edad, fallecía este martes en Cuenca a causa del coronavirus
Adiós a Francisco Alarcón Díaz, conquense hasta la médula
Francisco Alarcón (izquierda) junto a J.V. Áila. // Foto: J.L.Pinós
24/03/2020 - J.V. Ávila

La pandemia del coronavirus no para de entristecernos cada día con la muerte de personas queridas y conocidas. Esta vez nos sobrecoge la noticia del fallecimiento de un compañero de los medios informativos, como lo era Francisco Alarcón Díaz, ligado a la emisora Onda Cero desde 1987, jubilado hace unos años, pero que aún mantenía sus colaboraciones, por ese amor a Cuenca y a la información que siempre profesó.

Francisco Alarcón perteneció a la plantilla del Hospital “Virgen de la Luz” en el Servicio de Mantenimiento, y dados sus conocimientos técnicos compatibilizó su trabajo en la emisora de Onda Cero en Cuenca, desde 1987, pues incluso era un especialista radioaficionado, y además del servicio técnico, se ocupó de la información deportiva y taurina de la emisora, ya que era un “todo terreno”. Conquense hasta la médula, y amante del periodismo radiofónico, su amor por Cuenca y sus costumbres le llevó a realizar programas especiales en los días de San Mateo, en la Feria de San Julián, y de manera especial en los días previos a la Semana Santa con su “Pasión de Cuenca”, con invitados en cada emisión.

En el año 1995, Francisco Alarcón pronunció en verso el Pregón de San Mateo, que comenzaba así:

“A todos los hombres y mujeres de esta tierra, / que son los que aquí nacisteis / y los que aquí os afincasteis, / ya sea vuestra ascendencia / judía, cristiana o árabe. / A los que por su condición fuesen / caballeros o escuderos, / malandrines o bellacos, / pícaros o aventureros, / capitalistas u obreros, / políticos o vasallos, / cómicos o pintureros, / militares o paisanos, / agnósticos o piadosos, / religiosos o paganos, / y, en general, paisanos todos, / conquenses y aconquensados. / Temblándome están las piernas, / el corazón a saltar, / pues me han hecho pregonero / y no me supe negar. / Ser vocero en San Mateo, / y sus fiestas pregonar, / es cosa de mucha honra, / si se sabe ejercitar…”

También pronunció el Pregón de las fiestas de su barriada de Santa Ana, aportando datos históricos del barrio y del histórico Voto de la Santa, con altar en la Catedral.

Personalmente conviví muchos momentos con Paco Alarcón, tanto en las facetas deportivas, taurinas y mateas, como en la Semana Santa, mostrando siempre un sentido crítico constructivo en el que sobre todo primaba su amor a Cuenca y sus tradiciones, o a sus equipos como la Balompédica o el Balonmano Cuenca, como a él le gustaba decir. Su muro en Facebook era un compendio de conquensismo y de historia, que él solía explicar a sus numerosos lectores, saliendo al paso de cualquier duda, gracias a su “Base de Datos”.

Esta temporada compartíamos asiento en La Fuensanta y no había domingo que me hablase de la problemática de Cuenca, del futuro blanquinegro, pero siempre de manera especial de Semana Santa, de los pregones y carteles, y de ese cariño innato que tenía por la ciudad y cómo no, por su familia, su esposa Mari Jose, y sus hijos. Descanse en paz, Francisco Alarcón Díaz, el técnico que se hizo periodista al pie del micrófono, para “llevar a Cuenca” con su voz inconfundible, al otro lado de las ondas. Hasta siempre, Paco.