Cuenca despide este domingo 15 de noviembre de 2020 a un hombre tan apasionado de su ciudad como lo fue Antonio Moreno Martínez, que por ello utilizó no ya solo como pseudónimo en prensa, sino como “nombre propio”, por amor y convicción, el de Antonio de Conca, profesor, periodista deportivo y amante de las tradiciones conquenses como la fiesta de San Mateo, de la que fue pregonero en 1991 y de la Semana Santa, muy especialmente de la Real e Ilustre Esclavitud de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli, portando cada Martes Santo el Guión de la hermandad.
Pero ante todo, el periodismo deportivo fue su verdadero hobby, junto a su profesión de profesor en colegios públicos como los de Vara de Rey o Valera de Abajo. Antonio de Conca nació en Madrid el 14 de julio de 1943, “por recomendación médica” como él decía, aunque se sentía conquense por los cuatro costados, de ahí su pseudónimo de Antonio de Conca. Inició su profesión periodística en “Diario de Cuenca” en 1964, donde alternaba el trabajo de corrector (todo un experto en gramática, acérrimo enemigo de las erratas) con el de las crónicas deportivas, especialmente la información de la U.B. Conquense, del baloncesto, el ciclismo o el tiro de pichón, y de manera especial del Concurso Hípico en ferias.
Como dato curioso, cabe resaltar que el día que Antonio contrajo matrimonio con Sagrario Cañas, había fallecido el director de Diario de Cuenca, Ángel Ríos, con lo cual los compañeros del periódico estuvimos de entierro y de boda en la misma tarde. Personalmente me tocó relevar a Antonio en las crónicas deportivas en ese tiempo, pues ya formábamos equipo con José Luis Pinós, coincidencia que se dio años después en “El Día de Cuenca” y “Tele-Cuenca”, medio de comunicación puesto en marcha por Santiago Mateo y Ana Anula Suárez.
En esa etapa fructífera en Diario de Cuenca Antonio de Conca pudo vivir la gran experiencia de viajar a París para vivir en directo en el Parque de los Príncipes el triunfo de Luis Ocaña en el Tour de 1973, y contarlo a sus lectores, utilizando en los titulares de tipografía “la letra de madera”, que era la más grande, como a él le gustaba incluir en las grandes gestas, junto a las fotos de José Luis Aceñero. También realizó información taurina en las corridas de feria de San Julián, entre 1972 y 1975 con la firma de “Felipe”, el nombre de su primer hijo.
Tras la desaparición de “Diario de Cuenca” en 1984, Antonio de Conca siguió su colaboración deportiva en El Día de Cuenca, Tele-Cuenca y CNC, resaltando en este apartado televisivo sus retransmisiones del Concurso Hípico de Ferias. Antonio también ejerció durante algunos años como corresponsal de “Marca” y “El Mundo Deportivo”. Como homenaje al maestro, la redacción deportiva de “El Día”, con Rubén Saez, José Luis Pinós y quien firma este texto, quisimos que la crónica del histórico partido Real Madrid Castilla-Conquense, en el Estadio Santiago Bernabèu, de junio de 2005, la firmase él.
Reconocido seguidor de la Unión Balompédica Conquense, tras su jubilación en 2006, se dedicó en cuerpo y alma a recopilar de la información de la prensa conquense en la que él mismo colaboró, “La Gran Historia de la Unión Balompédica Conquense”, Volumen en tres tomos, con un total de 1.700 páginas, editado por la Diputación Provincial de Cuenca. Una obra imprescindible para conocer la trayectoria del club blanquinegro, del que recibió la insignia de Oro, de manos del entonces presidente Ángel Pérez.
PREGONERO DE SAN MATEO 1991
Al margen de su actividad de cronista deportivo, Antonio de Conca sentía esa otra pasión conquense de la Vaquilla de San Mateo, como corredor en primera línea y miembro de la Peña Los de la Fuente de los Canónigos, siendo impulsor de la Asociación de Peñas Mateas en 1998. Unos años antes, en 1991, Antonio pronunció el Pregón de San Mateo, “la fiesta que nos iguala a todos”, dijo, porque “durante San Mateo no hay ricos ni pobres, ni feos ni guapos, ni rubios ni morenos, ni altos ni bajos, ni viejos ni jóvenes. Durante San Mateo todos somos iguales, todos somos y ejercemos de conquenses, que es lo más grande que se puede ser y lo más bonito de la Fiesta”.
Una fiesta que no pudo vivir cuando hizo la “mili”, año en el que murió de una cornada su amigo y compañero de pupitre, Francisco Javier Suay Vara, a quien recordaba cada 21 de septiembre, y que este domingo de mediado noviembre le ha recibido junto a los suyos en “el azul de las estrellas”. Te echaremos de menos, Antonio de Conca, en el Vaticano de la Plaza Mayor y en La Fuensanta.
El pésame más sentido y hondo para su esposa, Sagrario, sus hij@s y nietos. DEP.
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