Sindicatos se personarán como acusación particular en la agresión al funcionario de prisiones

Los sindicatos ACAIP-UGT y CSI·F Instituciones Penitenciarias tienen intención de personarse como acusación particular en el caso del funcionario de prisiones del centro penitenciario de Cuenca, que fue agredido esta semana en el cuello por un interno con un trozo de cristal cuando se disponía a reducirlo. Así lo ha manifestado este viernes en Cuenca tanto el presidente nacional de ACAIP-UGT, José Ramón López, como el responsable nacional de Instituciones Penitenciarias de CSI·F, Jorge Vilas, quienes han asegurado que ya han dado instrucciones a sus respectivos servicios jurídicos para que se den los pasos necesarios en este sentido.

Pero las acciones judiciales de estos sindicatos no se quedan ahí y, en la actualidad, también están estudiando la interposición de una denuncia por lo penal contra la administración penitenciaria por la “negligencia” que consideran se ha producido en la prisión de Cuenca con este caso. Es por ello que se pretenden iniciar las acciones legales contra los responsables del traslado al centro conquense del interno que agredió al jefe de servicio. Y es que, tal y como ha recalcado el responsable nacional de ACAIP-UGT, “ya llega un momento que cuando hay un intento de homicidio como éste, quien se equivoca por negligente también tiene que asumir su responsabilidad”.

Desde Comisiones Obreras en Instituciones Penitenciarias, su secretaria general, Silvia Fernández, por su parte, aunque no ha comentado que vayan iniciar acciones legales, sí que ha pedido que “se depuren responsabilidades al más alto nivel sobre el caso de este interno, que ha desembocado en la grave agresión a un funcionario de prisiones en Cuenca. Una situación que califica de “despropósito”, porque en las últimas semanas este sujeto ha pasado de un régimen de aislamiento a una libertad vigilada, a pesar de haberse arrancado en dos ocasiones de su tobillo el dispositivo de control telemático y haber intentado agredir sexualmente a una joven en Tarancón; y, encima, termina en la cárcel de Cuenca, que no reúne las condiciones de seguridad necesarias para este tipo de internos.