A pesar del triste ambiente que nos rodea la vida sigue abriéndose paso. Muchos abuelos, bisabuelos y familiares no han podido conocer a los pequeños que llegaron al mundo dentro del bullicio de la pandemia.
Hace apenas un mes y diez días llegaba Sergio a la vida de Mabel, su madre y Sergio, su padre. La felicidad propia de sostener entre sus brazos a su primer hijo se vio nublada por la situación anómala de confinamiento.
Estos padres primerizos no podían acercar el pequeño a los abuelos, pero desde el pasado lunes, primer día de la fase 1 en Cuenca, tanto los maternos como paternos han podido conocer al recien nacido tras largos días de anhelo. Además, la bisabuela materna esperaba también con los brazos abiertos al pequeño Sergio, su primer bisnieto.
Un acontecimiento que la propia Mabel define como raro, porque “algo normal como es conocer a su primer nieto ha sido diferente, con mascarillas y sin poder darle el beso que tanto llevan esperando”, cuenta.
Las videollamadas no han cesado en los días de cuarentena. Por ahora todos los esfuerzos y horas al teléfono valen la pena después de haber disfrutado de tan esperando encuentro.
Medidas de seguridad
Usar mascarillas e intentar mantener la distancia de seguridad se ha convertido en rutina. Además, cada salida a la calle significa desinfectar el carro del bebé y los accesorios al volver a casa.
Cambiarse de ropa, una ducha y mantener al bebé seguro y sano es su máxima preocupación en esta primera semana de la fase 1.
El coronavirus ha cambiado la forma de relacionarnos y conocer a un recién nacido se ha convertido en una fecha igual o más importante que el día de su llegada al mundo.
Los besos llegarán. Por ahora seguirán disfrutando de días emocionantes, esta vez reunidos en familia con el pequeño acunado en los brazos expertos de los abuelos.
