El martes se celebraba en todo el mundo el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, ante lo que miles de personas salieron a las calles para demandar políticas más justas que reduzcan las actuales desigualdades económicas y que se garantice unos recursos mínimos a todas las personas.
Cuenca no fue una excepción, y la capital acogió una concentración bajo el lema ‘Muévete contra la desigualdad obscena’ que contó con la participación de medio centenar de personas, entre ellas representantes de las ONG que integran la Plataforma ONGD de Cuenca, cuyos promotores advirtieron del “enriquecimiento económico de unos pocos a costa del empobrecimiento de millones de personas” y pidieron a las administraciones públicas “medidas para acabar con la desigualdad obscena”.
Los últimos datos hechos público, desde luego, son “poco halagüeños y pronostican un futuro desolador” en todos los ámbitos: en el conjunto del mundo, el hambre ha aumentado por primera vez en quince años, afectando a 815 millones de personas; en España se ha disparado la brecha social, con 57.218 millonarios y 1,4 millones de pobres, lo que convierte a España en el tercer país con mayor desigualdad de la Unión Europea, solo superado por Rumanía y Serbia; y en Castilla-La Mancha, el VII Informe de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza (EAPN), referente al año 2016, advierte de que el 37,9 por ciento de los residentes en la región, en torno a 770.000 personas, se encuentra en riesgo de pobreza y/o exclusión social, porcentaje que se incrementa en 1,2 puntos con respecto al año anterior y que sitúa a Castilla-La Mancha diez puntos por encima de la media nacional (27,9 por ciento). Solo es superada por Andalucía, Canarias y Ceuta. Las mujeres en esta situación representan al 54,6 por ciento del total. Hay además un 7,7 por ciento de las personas residentes en Castilla-La Mancha que sufre pobreza severa, la quinta cifra más alta de todas las comunidades autónomas, un porcentaje que no obstante comenzó a reducirse a partir del año 2013.el empleo, precario
Mari Mar Frías, portavoz de la Plataforma de ONGD de Cuenca, tiene claro que la situación tampoco es buena en Cuenca, donde si el paro se está reduciendo de 2015 a esta parte (solo en el último año lo ha hecho en un 10 por ciento, dejando la tasa de paro por debajo del 16 por ciento) no lo hace de la misma forma la situación de pobreza o riesgo de pobreza. La principal razón: que mucha de la gente que perdió un trabajo estable durante la crisis ha logrado reinsertarse en el mercado laboral pero con un trabajo “mucho más precario”.
“Hay mucha gente con trabajo, pero que aun teniendo trabajo es pobre. Porque el mercado, precisamente por esa necesidad que la gente tiene de un trabajo, ofrece muchos empleos de bajo salario en condiciones muy precarias que mantienen a la gente en la pobreza y a quien enriquece es a las grandes fortunas”, señala esta conquense que recalca el dato según el cual “el 10 por ciento más rico de este país obtiene una cuarta parte de los ingresos de toda la población”.
Todo es debido, según Frías, a “unas políticas que siguen favoreciendo mucho más a las grandes fortunas” que a la clase trabajadora.
Mucha de la gente que perdió un trabajo estable durante la crisis ha logrado reinsertarse en el mercado laboral pero con un trabajo “mucho más precario”.
NUEVAS POLÍTICAS
Para revertir esta situación, en la Plataforma de ONGD de Cuenca cree necesario que se adopten medidas de protección social, justicia fiscal y cooperación internacional.
Así, entre otras cuestiones demanda un mayor presupuesto para políticas sociales de inclusión, más inversiones en educación, “que es el círculo perfecto para poder salir de la pobreza”, una mayor protección para los desempleados, elevar la Renta Mínima de Inserción y destinar más presupuesto para políticas de igualdad y contra la violencia de género.
A ello añade la demanda de unas políticas tributarias “progresivas”, fortalecer la lucha contra el fraude y los paraísos fiscales, establecer un impuesto a las transacciones financieras y conseguir “que se devuelva a la Hacienda Pública todo lo sustraído por corrupción y evasión fiscal”.
Y, en cuanto a la cooperación internacional, aboga por incrementar las ayudas a los países más desfavorecidos, las cuales cayeron en picado a partir de 2011. “Pedimos llegar al 0,4 por ciento del PIB en 2020 y, a partir de entonces, hasta el ansiado 0,7, que llevamos pidiendo desde los años ochenta”. Frías advierte de que por ejemplo el Ayuntamiento de la capital suprimió esta inversión en el año 2011 y sigue sin recuperarla.
Se trataría, señala Frías, de que las administraciones fueran tan receptoras como lo es la ciudadanía, que según recalca está ayudando tanto a quienes lo están pasando mal en nuestro territorio como fuera. “Cuando empezó la crisis en las ONG notamos que muchos conquenses, al ver su seguridad amenazada, se solidarizaban más con la situación de otros países”.
ESTRATEGIA DE LA JUNTA
Precisamente para luchar contra la pobreza, la consejera de Bienestar Social, Aurelia Sánchez, presentaba el martes en un pleno especial celebrado en las Cortes Regionales la Estrategia contra la Pobreza y la Desigualdad Social en la región, un proyecto “de futuro” que contempla una serie de medidas que verán la luz en el ejercicio 2018 y con el que se pretende combatir la pobreza (que los indicadores de riesgo de pobreza y exclusión retomen a los niveles de 2011 y se sitúen por debajo de la media nacional) pero, sobre todo, la desigualdad social, y que la población de la región tenga mejor calidad de vida y de bienestar social.
“La estrategia se centra en los más vulnerables” y tiene como objetivo “generar oportunidades, reducir la brecha de la desigualdad y construir entre todos la comunidad que queremos en Castilla-La Mancha”, apunto Sánchez.
Mejorar el ingreso mínimo de solidaridad o ampliar el plan contra la pobreza energética, entre las medidas de la JuntaSegún la información difundida hasta la fecha, la estrategia, aprobada el mismo martes en Consejo de Gobierno, comprende tres ejes en los que se organizan un total de 58 medidas y en ella se invertirán más de mil millones de euros hasta 2020.
MEDIDAS CONCRETAS
Incluye así medidas de choque o paliativas (la mejora del Ingreso Mínimo de solidaridad, la ampliación del Plan contra la Pobreza Energética o el incremento de becas de comedores escolares); medidas de prevención como el transporte escolar gratuito o la creación de equipos de inclusión social y de centros de capacitación para personas en riesgo de exclusión social; y medidas “de eficacia y gobernanza”, como por ejemplo la agilización y simplificación de trámites burocráticos o la coordinación institucional y la investigación.
