De conocer poco más que la icónica imagen de las Casas Colgadas a sentirse como si fuera una vecina más. Así ha sido el paso por Cuenca de María del Carmen Lafuente García, una jubilada que está dando la vuelta a España en un viaje de “365 días de aventura organizada” que la llevará por todas las capitales de España, y con el que quiere poner en valor la riqueza del país más allá de los recursos turísticos que “se dan a conocer”.
En su cuaderno de campo hay cientos de apuntes en los que recoge parajes, lugares, costumbres, recursos culturales, de ocio, servicios y, sobre todo, impresiones que después trasladará a una publicación.
De Cuenca se marcha con buen sabor de boca, además de “ser una ciudad magnífica que me ha impresionado por su patrimonio y por su naturaleza”, se lleva la amabilidad y la acogida que ha tenido por parte de la gente que ha hecho que su estancia sea más fácil.
Cuando María del Carmen Lafuente (Quintanilla de Tres Barrios, Soria, octubre 1955) se jubiló hace casi dos años recibió un cheque regalo por parte de sus compañeros del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza – donde durante los últimos 30 años ha trabajado como auxiliar de Enfermería– y desde ese mismo momento lo tuvo claro: emplearía el dinero en unas buenas botas y una maleta para recorrer España.
LA MALETA
La pandemia retrasó sus planes, pero finalmente el 3 de enero salía de Zaragoza, ciudad donde siempre ha vivido, rumbo “de la aventura”. Y no es para menos. Viaja en autobús “porque es el transporte más barato” y una vez en destino planifica el próximo. En su maleta, de 25 kilos, lleva también un saco de dormir “por si algún día no encontrara alojamiento”. Hasta el momento no le ha ocurrido, aunque señala que en algunos lugares como Toledo tuvo dificultades para encontrar un sitio “ y no me quedó más remedio que salirme del presupuesto”, aunque apunta que no es lo habitual.
Mide al milímetro los gastos. Vivir de una pensión de jubilación y viajar durante todo un año no es fácil, pero tampoco imposible. “En el alojamiento no puedo gastar más de 25 euros como máximo y en la comida 10 euros, busco universidades y centros de mayores con comedor, o establecimientos de comida preparada. No tengo lujos, pero me apaño bien”.
Está escribiendo un diario que, con el título ‘365 días de aventura organizada’, piensa publicar una vez concluya su periplo por EspañaEn este sentido anima a todas las personas que estén en su situación a no quedarse sentadas y hacer lo que siempre han soñado. De hecho, uno de los objetivos de su viaje es precisamente dar ejemplo de “lo mucho que se puede hacer estando jubilado. Tanto en nuestro favor como en el de los demás. Dejamos de trabajar sí, pero seguimos siendo útiles y podemos hacer todo lo que nos propongamos”, apunta.
En su caso, además de su pasión por la costura, con la que tiene muchos proyectos, decidió dedicar un año a conocer detenidamente todas las capitales de España, incluidas las Islas, y Ceuta y Melilla. El tiempo del que dispone, calculando los días extra de viaje que le supondrá estos últimos destinos, es una semana para cada uno de los lugares que visita. A su juicio el tiempo mínimo de estancia para conocerlos “de verdad”.
En su agenda diaria no hay respiro. Además de los lugares de interés que le recomiendan en las oficinas de turismo, patea las calles y no se deja ni un rincón por visitar. Incluso, como en Cuenca, disfruta de las alternativas que ofrece la ciudad, como por ejemplo recorridos senderistas con los que afirma haber disfrutado “de lo lindo”.
En definitiva, su objetivo no es solo conocer turísticamente cada una de las ciudades del país sino familiarizarse con ellas “como si estuviera viviendo allí siempre” y poder trasladarlo a los demás para que les sea más fácil conocer todo el potencial que tienen.
Para ello escribe un diario que con el título ‘365 días de aventura organizada’, piensa publicar una vez concluya su periplo por España. No es su primera experiencia, ya ha publicado otras veces por lo que afirma que si no encuentra editor acudirá a la fórmula de autoedición.
Después de recoger datos e impresiones en su cuaderno de campo, María del Carmen Lafuente emplea la noche para dar forma a sus apuntes en los que describe con todo lujo de detalles los lugares por los que pasa, entre ellos Cuenca, una ciudad que asegura haberla dejado impresionada “por todo”, y se lleva además el buen recuerdo “de la amabilidad” que ha encontrado entre sus gentes, y que sin lugar a dudas afirma que plasmará en su diario, que concluirá cuando el 3 de enero de 2023 regrese a su casa después de haber recorrido todas las ciudades de España.