Veinticinco años, nada más y nada menos, han transcurrido desde que Aldeas Infantiles SOS decidiera poner en marcha en Cuenca su primer programa de prevención a nivel nacional con la apertura de un centro de educación infantil, que introducía e implicaba directamente a los padres en la educación de sus hijos de 0 a 3 años. Novedoso proyecto educativo en edad temprana que ha dejado más que patente su idoneidad y por el que en este cuarto de siglo han pasado un total de 666 niños de muy diferentes contextos socioeconómicos, favoreciendo así su integración.
Su directora, Analina Elche, no duda ni un ápice en hablar de éxito rotundo, porque a lo largo de todo este tiempo, lo que comenzó como un programa educativo innovador se fue consolidando a base de resultados, donde la prevención en el ámbito familiar se convertía en una herramienta fundamental para una educación más completa de los niños de 0 a 3 años y dando un vuelco al concepto de ese momento sustentado exclusivamente en la protección.
IMPORTANTE PASO
Y es que, tal y como recalca la directora, con este programa de prevención Aldeas Infantiles SOS abría sus recursos no solo a niños derivados por los Servicios Sociales, sino también a cualquier menor de familias con necesidades de conciliación familiar y laboral.
Un importante paso que, según recuerda, conllevaría en años posteriores no solo la apertura en otros puntos del país de centros de educación infantil similares al de Cuenca, sino también la puesta en marcha de otros programas de Aldeas Infantiles SOS, como los centros de día, las granjas escuela o los programas de familias.
Cuenca, en consecuencia, sería el punto de partida de un nuevo modelo de educación infantil, en el que la familia jugaba un papel fundamental y activo en la educación de sus hijos en una etapa –la de 0 a 3 años–, en la que “se asientan las bases para el posterior desarrollo del menor y en la que una educación de calidad mejora el desarrollo de sus habilidades cognitivas, emocionales y sociales”.
Importancia de la educación de 0 a 3 años que, desde su punto de vista, cobra mayor peso, si cabe, cuando se habla de niños en situación de vulnerabilidad, porque en esos casos el trabajo desarrollado en el centro educativo viene a compensar las carencias que puedan tener en casa, aportándoles, de esta manera, los estímulos necesarios para su óptimo desarrollo.
Y, en este sentido, Elche no ha querido olvidar que es precisamente con este tipo de niños cuando es fundamental fortalecer a la familia para evitar que una situación de riesgo derive en desamparo y suponga su paso al sistema de protección, con la consiguiente separación del menor de su entorno familiar y el trauma que ello conlleva.
EQUIPO DE PROFESIONALES
Ocho personas conforman el equipo de profesionales que lleva las riendas de este centro educativo, encabezado por su directora. Tres educadores-tutores, una educadora de apoyo y tres trabajadores de cocina y limpieza se entregan día a día a la educación de estos niños de hasta 3 años de edad, que encuentran en este centro “su segunda casa”.
Y no es de extrañar, a tenor de las declaraciones tanto de la directora como de una de las educadoras, Maripaz Sánchez, que no dudan en afirmar que tienen la suerte de contar con un “trabajo muy gratificante”. Y es que, tal y como recalcan, tienen la oportunidad de comprobar diariamente la evolución de “sus pequeños” –como les gusta llamar a sus alumnos– y ver cómo van adquiriendo habilidades que después serán fundamentales para su desarrollo definitivo.
INTENSA JORNADA DIARIA
Este equipo de profesionales lleva a cabo un proyecto educativo muy completo basado en la teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner con el principal objetivo de que todos los niños desarrollen al máximo sus diferentes potencialidades, la disciplina positiva y la estimulación temporal. Algo que, según detalla la directora, permite ofrecer una atención socioeducativa integral y personalizada en un ambiente afectuoso e integrador, con una metodología de trabajo que gira en torno al juego.
Para ello, en las tres aulas del centro educativo –niños de 0 a 1, de 1 a 2 y de 2 a 3 años– se desarrolla diariamente una intensa jornada, que da comienzo a las 7:30 horas con el desayuno, para, posteriormente, sobre las 9:30 horas, pasar a las aulas, donde hasta las 11:30 se llevan a cabo todo tipo de actividades, en las que se trabajan desde la psicomotricidad hasta las diferentes inteligencias, como la espacial, musical, lógico-matemática, interpersonal, intrapersonal o lingüistica.
Actividades que mensualmente se complementan con talleres de muy diversa índole a los que están llamados a participar los padres para formar parte de esa educación de sus hijos.
A continuación, los pequeños cuentan con media hora para el aseo personal, puesto que al mediodía les toca el turno de la comida con el fin de que, de una a tres, puedan disfrutar de una merecida siesta, que, por cierto, sirve de preámbulo a su regreso a casa.
Un total de 37 niños asisten en el presente curso a este centro de educación infantil, que, sin lugar a dudas, marcó un hito dentro de Aldeas Infantiles SOS hace 25 años y que dio paso a que, en la actualidad, haya otros centros similares en distintos puntos del país; en concreto, en Granada, San Lorenzo de El Escorial (Madrid), Santa Cruz de Tenerife y Zaragoza.