Doce años de gestiones y trabajos y cinco proyectos han sido necesarios para ver culminada la rehabilitación de la Casa del Corregidor, el segundo edificio civil más emblemático de la ciudad después del ayuntamiento y claro ejemplo de la arquitectura típica conquense de los siglos XVI y XVII, con ocho plantas, tres por la calle Alfonso VIII y cinco por la calle Matadero Viejo.
Enclavado en pleno corazón del Casco Histórico de la capital conquense, este edificio de los siglos XVI y XVIII ha abierto este miércoles sus puertas con un acto de inauguración, en el que se han dado cita numerosas autoridades y representantes de la ciudad, entre los que se encontraban, además del alcalde Darío Dolz, el subsecretario de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana del Ministerio, Jesús Manuel Gómez; el subsecretario de Cultura y Deportes del Ministerio, Eduardo Fernández; la delegada de la Junta en Cuenca, M. Ángeles Martínez; y el presidente de la Diputación, Álvaro Martínez Chana.
Una inauguración “simbólica”, si se tiene en cuenta que el Consorcio de la Ciudad de Cuenca está instalado en este inmueble desde el pasado mes de julio, en la que las palabras que más se han oído han sido “satisfacción” y “reconocimiento” por ver hecho realidad una intervención que ha sufrido todo tipo de vicisitudes desde el primer proyecto redactado en 1997 por los arquitectos Enrique Martínez Gil y José Manuel Cañizares y, como no, desde que en 2009 se diera luz verde a una inversión superior a los dos millones de euros a través del programa 1,5% Cultural.
“Día importante”, según han coincidido las autoridades en sus respectivas intervenciones, no solo por ver concluida esta rehabilitación, sino también por el resultado final de la misma y el hecho de que este edificio histórico pase ahora a disposición de la ciudad.
Y en esta línea se ha expresado el subsecretario de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, quien ha subrayado que estas obras han permitido un doble objetivo, por un lado, recuperar parte de la historia de la ciudad, respetando la estructura típica de este magnífico edificio, y, por otro, dar nuevos espacios a la ciudadanía. Y, todo ello, tal y como ha recalcado, con unas obras con un resultado final, que ha calificado de “hito en la historia del Consorcio de la Ciudad de Cuenca por el que todos debemos felicitarnos”.
FUTUROS USOS DEL EDIFICIO
Para Dolz, esta intervención ha permitido que Cuenca y su Casco Histórico pueda disponer de “un edificio moderno y funcional, totalmente adaptado a las necesidades del siglo XXI, pero, eso sí, respetando su esencia e historia”.
El regidor ha aprovechado esta inauguración para dar cuenta del plan de explotación previsto para este inmueble, en el que ya está el Consorcio ocupando dos plantas. Así, ha adelantado que el Ayuntamiento pretende trasladar a la Casa del Corregidor la Oficina Municipal de Turismo, ahora en un local de la Anteplaza. Recurso que se ubicará en la planta sexta -a pie de la calle Alfonso VIII- junto a un espacio expositivo con los legajos y documentos más destacados del Archivo Municipal.
Pero las intenciones municipales no se quedan ahí y en las plantas inferiores, además de diversos espacios para uso expositivo y sede transitoria de la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo hasta su regreso a la Torre de San Gil, también contempla la puesta en valor de dos espacios museísticos, uno carcelario al haber albergado durante siglos una prisión, y otro en torno a la construcción tradicional de Cuenca en los siglos XVI y XVII.
REHABILITACIÓN
Y es que esta rehabilitación integral de la Casa del Corregidor ha sido muy respetuosa con el fin de que este edificio y, en especial, algunas de sus estancias, no perdieran su esencia dejando muchos elementos originales a la vista, como es el caso de las celdas existentes en las plantas inferiores, así como algunos de los recursos arquitectónicos de la época.
Una cuestión que, como es lógico, ha llevado consigo que esta rehabilitación, además de un control arqueológico por parte de Santiago David Domínguez y Michel Muñoz, haya sido especialmente complicada, más aún, según los técnicos implicados entre los que se encuentran Enrique Martínez Gil, Juan Zamora y Ricardo Alonso, si se tiene en cuenta que se trata de un edificio de unas dimensiones importantes, con 3.000 metros cuadrados construidos y casi 2.000 útiles.
No en vano, su estado de conservación no era precisamente el mejor y hubo que afrontar complicaciones técnicas de entidad, como por ejemplo el hecho de que la estructura en un mismo solado tuviera una inclinación de 60 centímetros.
Muestra de la envergadura de los trabajos acometidos basta con indicar que ha sido necesario instalar 2.300 metros cuadrados de andamios, extraer 1.400 metros cúbicos de escombros y otros 1.000 de tierra, ejecutar 2.300 metros cuadrados de revocos de cal, tanto en el exterior como en el interior del inmueble, y 800 metros cuadrados en tratamiento de limpieza de muros de mampostería y sillería.
Un día, por lo tanto, muy importante para todos que, según el primer edil, permitirá convertir este edificio histórico en un elemento dinamizador del Casco Antiguo, porque lo que sí tiene claro es que “queremos aprovecharlo al máximo”.
