Las Termas de Segóbriga: fogones de máxima calidad y tradición
Disfrutar de la máxima calidad en un sinfín de productos elaborados con las técnicas culinarias de toda la vida en Saelices es posible. De hecho, un establecimiento referente en este sentido es Las Termas de Segóbriga, un emblemático restaurante con más de 28 años de historia que, después de una temporada alquilado, Carmen Jiménez decidió en enero coger las riendas del negocio familiar y continuar deleitando los paladares de saeliceños y turistas.
Y es que, para elaborar la más de una veintena de platos a disposición de sus comensales, en Las Termas de Segóbriga se rodean de proveedores cuyos productos ofrecen la mejor calidad posible. Así, tres veces por semana baja hasta Saelices un ganadero gallego que forma parte de la marca Buey Español y que ofrece las mejores carnes de vaca madurada entre 60 y 90 días que hay en estos momentos en el mercado europeo.
Además, también trabajan con otros ganaderos tanto del norte de España como de la comarca de Saelices para poner encima de la mesa las mejores carnes que existen en el país. “Lo principal para nosotros es tener un buen género porque aquí quien viene es para comer primeras calidades y cantidad”, expone Carmen Jiménez. Otro ejemplo es el cordero lechal que ofrecen, de procedencia conquense y que cada uno tiene entre 20 y 28 días, lo que da una carne “exquisita” que se deshace nada más entrar en contacto con el paladar.
Así, entre los platos que se ofrecen de martes a domingo (lunes cierran por descanso) están las chuletas de cordero lechal, la caldereta de cordero, chuletón de vaca gallega, estofado de ciervo, morteruelo, ajoarriero, secreto a la plancha, bacalao al pisto, etcétera. Además, este año como novedad se ha introducido en la carta una ensalada de queso de cabra y frutos rojos que está teniendo muy buena aceptación por parte de la clientela.
Todos estos productos, están elaborados con las técnicas que se llevan empleando en Las Termas de Segóbriga desde que abrieron sus puertas. Antonio José Gómez es su jefe de cocina, y siempre elabora con mimo cada uno de los productos. Además, siempre controla todos los tiempos para que cuando lleguen a la mesa, tengan la temperatura que el plato requiere. Y como no podía ser de otra forma, también utilizan las brasas con madera de encina, un tipo de leña que deja un sabor único en las carnes que las hacen más irresistibles.
El restaurante se plantea abrir turno de cenas en verano, algo que ahora solo ocurre los sábados
El restaurante abre en horario de comidas de martes a domingo desde las 13:30 horas hasta las 17:30 horas, aunque la última hora para entrar a comer es a las cuatro y media. Los sábados, también se abre a partir de las 21:30 horas para ofrecer el servicio de cenas, algo que Carmen Jiménez está pensando ampliar al resto de la semana coincidiendo con la temporada veraniega.
Los comensales pueden disfrutar tanto de diferentes tipos de menús, que van desde los 14 euros el que se ofrece entre semana hasta los 25 euros del que está disponible todos los días de apertura. Aquí se incluye un primer plato, un segundo, un postre casero además de bebida y café. Aunque si el cliente prefiere degustar algo que no se encuentra en estos menús, también pueden pedir a la carta todas aquellas elaboraciones que más le hagan rugir el estómago con solo leer el nombre.
Como novedad en la reapertura del pasado enero, Las Termas de Segóbriga abrió al público el bar-cafetería, que llevaba cerrado más de una década, donde tanto vecinos de Saelices como turistas, pueden disfrutar de unos refrescos o unas cervezas antes de comer o a medio día.
“Un restaurante típico de pueblo donde se come muy bien a precios económicos”, como define la propietaria, que además ya tiene una clientela más que fidelizada: junto a la A-3, y en la antigua N-III, este restaurante cuenta con comensales que ya llevan años viniendo, unos porque van de paso desde Madrid a Valencia y su costumbre es parar siempre en Las Termas de Segóbriga y otros porque directamente tienen el lugar entre sus establecimientos predilectos donde ir a disfrutar de una buena comida de vez en cuando.