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Fiesta del Olivo
Fiesta del Olivo: Ayuntamiento de Valdeolivas

Fiesta del Olivo

19/05/2024 - Miguel Romero

Valdeolivas volvió el pasado sábado a reunir a cientos de paisanos bajo el símbolo del olivo para conmemorar ese apoyo de la comarca hacia la seña identitaria económica que le da nombre y que le define en su futuro.

No hay duda, que la Fiesta del Olivo en la Alcarria, en su XVIII edición, significa un paso más hacia ese reconocimiento del valor de la aceituna –como materia prima- y su transformación en aceite con DOP “Aceite de la Alcarria” que debe de tener en el mercado nacional e internacional. La Plaza Nueva fue ese centro neurálgico donde expositores y encuentros pudieron realzar una Feria que sigue definiendo singularidad y apuesta de futuro.

La exaltación del olivo, los juegos para niños, la degustación de aceite, el recital poético musical, las actuaciones musicales donde Los Rondadores hicieron gala de su talento musical, conferencia y concurso de pintura, centraron los actos de un programa importante, donde los reconocimientos sintetizaron el esfuerzo de gente y empresas por potenciar esta especial economía.

Valdeolivas es un lugar acogedor y entrañable; lo es, por sus gentes humildes pero honestas en esa lucha por mantener el estatus rural como emblema de vida. La historia le ha sido benévola y las tradiciones mantienen el pulso de su progreso, por eso, este evento dignifica los valores de sus gentes y el sentimiento como lazo de vida.

Es un lugar que he recorrido muchas veces y siento que su pasado histórico le ha marcado un sello muy particular, sobre todo, cuando pateas sus callejas medievales, con casonas y blasones de hidalguía; pero sobre todo, cuando llegas a su bella iglesia y te adentras en ella.

Podría aprovechar esta columna de exaltación del olivo para airear un poco de su historia, sin olvidar que el olivo castellano verdejo o verdal, ese pequeño fruto que le abre el camino de una próspera economía, también ha tenido en la miel un punto de encuentro entre pasado y presente. Pero en mi caso, como historiador que me tengo, es ese pasado el que me atrae por enriquecimiento señorial.

No quiero aquí recordar su origen, ni su vinculación a las Tierras del Infantado (don Juan Manuel o Doña María de Albornoz), ni tampoco a las dependencias reales con Juan II de Castilla o su valido Álvaro de Luna, sin olvidar los Hurtado de Mendoza), unos señores y otros villanos; sino resaltar su caserío noble en calles y plazas, o sus ilustres personajes que en la Edad Contemporánea también le aportaron nobleza aristocrática, sino en su patrimonio religioso, el mismo que le identifica cuando divisas la población.

Me maravilla su parroquial, en su exterior y en su interior. Toda ella, es un ejemplo del gran valor que la historia y la arquitectura nos pueden dejar como herencia de tiempo. Originariamente, la primitiva iglesia románica se construye con una sola nave, presbiterio recto y ábside semicircular, torre campanario a los pies de la nave y portada de ingreso en el muro sur. Sin embargo, este edificio original sufrirá posteriormente intervenciones de gran importancia en los siglos XV, XVI, XVII y hasta el presente siglo y momento actual.

A la única nave románica inicial se irán añadiendo en el siglo XV, otras dos naves de corte gótico, de las que solamente conservamos una de ellas, concretamente la del muro meridional, quedando la portada original de ingreso encerrada en la nave sur. Algo más tarde, se construirá otra puerta de entrada en la fachada norte, obra de la reforma del siglo XVI, época en la que se abren los arcos que comunican las naves y en la que se añaden dos capillas en la nave sur.

Ya en nuestro siglo, entre 1964 y 1968, se realizó una importante remodelación de la iglesia, demoliendo la nave situada al norte por encontrarse en estado ruinoso y trasladando la portada de esta nave al muro de poniente, sirviendo en la actualidad como puerta de ingreso al edificio. En su interior se encuentran unas bellas pinturas murales decorando la bóveda de cuarto de esfera, restauradas en el 1973. Preside el ábside un Pantocrator en actitud de bendecir, sentado sobre un arco iris y apoyando sus pies en otro semejante; en su mano izquierda sostiene el libro de la Ley. Se encuentra encerrado en una mandorla de gran desarrollo, flanqueado por el Tetramorfos y dos grupos de Apóstoles.

Los símbolos del Tetramorfos flanquean la mandorla; los inferiores fuera de ella y los superiores dentro de la misma, portan cada uno una banda con la inscripción de su nombre. A ambos lados de la mandorla, se distribuyen los Apóstoles, en dos grupos de seis, en composición piramidal, actitud orante y mirando al Dios Padre.

Podríamos hablar mucho más, pero el espacio manda. Valdeolivas ha celebrado con éxito su Fiesta del Olivo de la Alcarria.

 

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