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Es noticia en Tarancón: 12 meses tumores maratones
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Memoria histórica

Un documental y un libro contra el olvido del motín de 1919

Este martes arrancan varios actos programados para el centenario de la protesta, en la que murieron diez personas
Fotos: Mariano Collado
22/04/2019 - Dolo Cambronero

El 25 de abril se cumplen cien años del llamado Motín de Tarancón. Mariano Collado Párraga ha escuchado la historia “cientos de veces” desde que era pequeño en su casa. Y es que aquel episodio le tocó por dos lados. Lucía Párraga Poveda, su tía abuela por parte materna, tenía 24 años cuando encontró la muerte casi por casualidad.

Aquel día había acudido a la plaza de la localidad a curiosear por el tumulto que se había formado en protesta por la subida de los precios de los alimentos básicos y fue alcanzada por una bala. Aquella trágica jornada también falleció Pedro García Gómez, su tío abuelo por parte paterna, también a manos de los disparos de la Guardia Civil para disolver la revuelta. Tenía 25 años.


Con motivo del centenario de la huelga de 1919, el pasado septiembre se constituía formalmente en el municipio la Comisión 25 de abril, que está formada por familiares de las personas asesinadas, miembros de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) de Cuenca e integrantes de un grupo teatral de la localidad de Tarancón. El objetivo era preparar una serie de actividades para recordar aquellos sucesos, en los que 10 personas resultaron muertas y hubo 20 heridos.


Los actos programados arrancarán este martes 23 de abril con la inauguración de la exposición 'El motín de 1919 en Tarancón', que podrá visitarse en Casa Parada hasta el 7 de mayo.


El jueves 25, justo cuando se cumplen cien años de aquellos hechos, se presentarán el documental 'Tarancón 1919, el año de la huelga', y un libro sobre esos episodios, firmado por Herminio Lebrero. Máximo Molina, de ARMH de Cuenca, ha colaborado en la coordinación de las obras.
Además, también estaba prevista una representación teatral escrita para el centenario aunque finalmente se va a postergar su estreno para septiembre.

Un documental y un libro contra el olvido del motín de 1919

Mariano Collado explica que quedan pocos familiares directos de las personas muertas aquel 25 de abril pero es justo organizar eventos como estos para rendir homenaje a los asesinados y que no se olviden aquellos acontecimientos. No obstante, señala que los hechos sí que son conocidos en Tarancón. De hecho, el año pasado se colocó una placa en la localidad en memoria de los vecinos que, “empujados a protestar por el hambre”, “recibieron disparos como única respuesta”, según reza en ella.


En el caso de su tía abuela, el taranconero destaca que la joven iba en “alpargatas” aquel día por lo que su familia creía que esa era la prueba de que no había salido de casa para participar en las protestas porque no iba adecuadamente vestida y “preparada” para ello, por lo que consideraban que simplemente habría ido a ver lo que pasaba.


Reconoce que en el caso de su tío abuelo no tienen tanta información pero que creen que “fue algo parecido” y que también fue a la plaza a ver “el jaleo que había”.
A Collado le parece “interesante” que se plasme en un libro el relato objetivo de los hechos y que quede constancia de la forma en la que actuó un órgano como la judicatura.

Artículo previo


Herminio Lebrero, profesor de Historia en el IES Fernando Zóbel de Cuenca, había publicado un artículo sobre estos hechos, también conocidos como el Motín de la Patata. Por ello, desde la Comisión 25 de abril se pusieron en contacto con él y le propusieron escribir un libro.


“Los motines de subsistencia por la subida de los precios de alimentos básicos eran muy frecuentes en aquella época en muchas localidades”, señala Lebrero, explicando que durante la primera guerra mundial y los años inmediatamente posteriores se exportaba mucho y las familias más desfavorecidas tenían dificultades para abastecerse de productos básicos. No obstante, añade que los aumentos también se debían a ciertas prácticas de acaparamiento y especulación por parte de comerciantes y productores de grano.


Esto, en un ambiente de cada vez más agitación social, derivó los días 24 y 25 de abril en protestas. Pero en aquella ocasión las consecuencias fueron más graves por la represión, ya que se envió a guardias civiles de otras zonas para sofocar el motín. Entre los diez muertos había una niña de 11 años y también había menores entre los heridos.


Además de los disparos de los agentes, también participaron en el tiroteo algunos comerciantes. De hecho, Lebrero detalla que la autopsia de una de las personas muertas determinó que no murió por las balas de la Benemérita.


El libro también muestra el contexto de la España del momento, la del caciquismo, y también la de la falta de libertades.