"Si Nagares no invierte en I+D, sería un tallercito pequeño para no tener porvenir ninguno”

El conquense Herminio Navalón, fundador, junto a varios socios más, de la empresa Nagares, ha sido reconocido como Hijo Predilecto de Castilla-La Mancha, un premio que este empresario recibe como una “muy buena noticia” que le “motiva”, aunque, para él, “la vida es tener trabajadores contentos y luchar por la empresa”, como ha estado haciendo “muchos años”.

El Gobierno autonómico lo ha distinguido por su aportación al tejido empresarial de la región y por su apuesta por valores como la innovación, el esfuerzo, la calidad y la perseverancia a lo largo de toda su carrera, que comenzó en 1971.

Miembro de una familia “muy humilde”, este conquense natural de El Peral llegó a constituir una empresa que cuenta con casi 500 trabajadores, tiene presencia en Europa, Norteamérica y Asia y colabora con “gigantes” como General Motors.

Sus inicios se remontan a un pequeño taller de automóviles en Motilla del Palancar, y admite que, por aquellos años, era “difícil prever lo que iba a pasar después”. Y ese “después” está íntimamente vinculado a su apuesta por el desarrollo de una “tecnología punta muy avanzada en el sector del automóvil”, como él la define y que se concreta en el suministro de productos a los más importantes fabricantes de automóviles, para los que Nagares ha llegado a fabricar hasta 300 unidades diarias.

Otro de sus aciertos fue la creación de un centro de investigación, pues, según Navalón, “si tienes la mentalidad abierta, sabes lo que quieres y parte de los beneficios los dedicas a la investigación y el desarrollo, llegas a conseguir este objetivo”.

A día de hoy, Mahle Nagares destina el 10% de su facturación a I+D y este es, “indudablemente”, aduce, uno de los secretos de su éxito, pues, de lo contrario, “si Nagares no invierte en I+D, sería un tallercito pequeño para no tener porvenir ninguno”. Sin embargo, tras integrarse en la multinacional alemana Mahle, “sigue tirando para arriba”, como muestra la contratación de hasta cincuenta personas más en los últimos meses, una circunstancia por la que Navalón se confiesa “muy satisfecho”, al igual que por el acuerdo global alcanzado, puesto que en las conversaciones previas a la formalización de esta operación pesó mucho “el porvenir de Motilla”. Un porvenir que depende, en parte, del futuro de esta empresa que siempre ha mantenido un “ambiente muy familiar” y en la que todos se llevan “de maravilla”.

La compañía alemana “tiene una gran capacidad económica y, si invierten en I+D, y se ponen a producir, el pueblo, en poco más de un año tiene mil y pico personas trabajando en la empresa”, vaticina.

Eso sí, a su entender, Mahle Nagares debe “plantearse seguir la misma tónica que estaba siguiendo Nagares”, una empresa pequeña que “luchaba” contra gigantes como Siemens y otros referentes del sector automovilístico que la “miraban desde arriba”. “Esta gente ya no son pequeñitos, tienen la tecnología de Nagares, que es de las empresas más avanzadas en el sector, y solo tiene que apoyarla”, sostiene, convencido de que a Mahle Nagares le espera un “futuro muy grande” tras realizar una “apuesta de innovación ganadora para el pueblo” que, no obstante, “costó mucho dinero” en su día.

A sus 74 años, asesora a Mahle Nagares en el proceso de transición y tiene claro que, detrás de su triunfo, también está el apoyo de su mujer a la que cree “no merecer”.