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“La promoción literaria solo se hace eco de los escritores consagrados”

La escritora pedroñera ha presentado recientemente su último libro, un poemario con corazón que lleva por título ‘Latiendo’
Fotos: C.I.P.
06/06/2018 - C.I.P.

La escritora pedroñera Teresa Pacheco Iniesta acaba de sacar a la luz su segundo poemario, ‘Latiendo’, incluido en la Colección ‘El Jardín de los Poetas’. Una obra inspirada en la vida, “la propia y la ajena”, y la ficción que supone “querer que las cosas sean de otro modo”.

Hace cuatro años que esta enfermera, abogada ejerciente, máster en Gestión Sanitaria y máster en Derencho Sanitario, decidió adentrarse de lleno en su gran pasión: la literatura. Y lo hizo publicando su primer libro de relatos, ‘Como si fuera la última vez’. Desde entonces, aunque reconoce que no es fácil, no ha dejado de publicar.

El año pasado sacó su primer poemario, ‘Palabras de agua’,“una de esas ilusiones que no te atreves ni a soñar porque no confías tanto en tu talento o capacidad para ello. Fue casi como el nacimiento de un hijo”, dice. Y entonces la poesía la atrapó.

Eso sí, aunque confiesa que está en un estado de “absoluta abdución poética”, sigue trabajando en un nuevo libro de relatos y además ha inicidado su incursión en el género novelístico.

Considera que falta promoción y apoyo para los escritores noveles, a los que por otra parte anima a que luchen para conseguir su sueño. Las redes sociales, dice, son un buen instrumento para darse a conocer. Precisamente es esa falta “de apoyo y de oportunidades la que está derivando en una menor dependencia de editoriales para dar a conocer tu obra”.

Sobre su segundo poemario, destaca que “salió solo y rápido, apenas sin pensarlo siquiera”.

Háblenos de su segundo poemario, ‘Latiendo’, un sugerente título en sus dos partes con los movimientos del corazón...

Sí, el latido del corazón es el moviento que nos mantiene vivos y lo grande es que late sin nosotros, a pesar de que lo maltratamos a veces de muchos modos. Con la poesía a mí me pasa lo mismo, me surge y se me derrama de las manos sin contar conmigo, sin pedirme permiso, aunque a veces me resista. Y así ha pasado un poco en ‘Latiendo’. La primera parte se llama ‘Sístole, a corazón pleno’. Es de amor y desamor, que van juntos tantas veces, o uno se espera al otro en el camino de la vida de dos seres. Al amor siempre hay que darle una oportunidad más sin miedo al rencor. Las dos cosas son alienantes. La segunda parte se llama ‘Diástole, a corazón dormido’.Son poemas existenciales, como una declaración de intenciones, como quien dice: voy a hablar. Voy a contaros un poco de mi. Es algo muy individual y personal. Pero en ambos casos creo que cualquiera puede identificarse.

Hace cuatro años que publicó su primer libro, ¿qué ha cambiado en el mundo de Teresa desde entonces?

Han cambiado, para mejor, muchas cosas. Escribir se ha convertido en mi prioridad absoluta, después de tantos años estudiando y aplazando proyectos e ilusiones de crear mis propios libros, relatar mis propias historias. Mi espacio se ha llenado de personajes que esperan pacientes su turno para darse a conocer. Son muchos y muy reales. Pero sobre todo se ha ampliado muy notoriamente mi círculo de amistades. A los buenos amigos que ya tenía, se han añadido todos los que en este mundo de la literatura he tenido la fortuna de conocer. En la actualidad, el literario es mi nuevo mundo, el que ocupa todo el tiempo que me deja libre mi trabajo y mi familia.

¿Cómo compagina su actividad laboral y familiar con la artística y promocional de sus libros?

Es difícil, porque mi trabajo es absorbente, además de que tengo que madrugar bastante y mi momento de escribir, en el que realmente me siento a gusto, es la noche. Eso retrasa bastante mis proyectos, porque estoy cansada y paso mucho sueño para poder llevarlos adelante. También hay que dedicar un tiempo suficiente y reparador a la familia, sobre todo cuando mi padre está conmigo. Necesita toda mi atención. Pero como mi madre me decía tantas veces: “Querer es poder”. Ese y otros muchos consejos más, los he tenido y los tengo muy presentes, como: “No digas nunca no sé, no quiero y no puedo”.

“La promoción literaria solo se hace eco de los escritores consagrados”

Siempre ha dicho que lo suyo es ‘ser cuentista’ ¿cómo y por qué surge la poesía en la obra de Teresa Pacheco?

La poesía lleva conmigo muchísimos años, simultanea o quizá anterior a los propios cuentos. Supe entre los 7 y 10 años que se podían decir cosas muy bonitas y emocionantes en poco tiempo y espacio, por las poesías que le recitaba a la Virgen en el colegio de monjas de mi pueblo, Las Pedroñeras, que siempre me elegían, como a otras niñas. Así que a los 12 o 13 años ya era habitual que escribiera algún poemilla, que han aparecido por cuadernillos o papeles sueltos entre mis libros. De hecho, en el anterior poemario, ‘Palabras de Agua’, incluí uno de aquella época, que lleva una carga de madurez que ahora me asusta un poco. Demasiado precoz en esto de sufrir, que es lo que hacemos mejor los poetas.

¿Alguna influencia?

Realmente no lo sé, porque así como digo que escribía poemas, tengo que decir que leía muy poca poesía. Leía todo lo que podía, novelas, relatos, biografias de todo tipo de personajes, pero poesía, apenas. Neruda y Lorca, Machado, Rosalía de Castro, Bécquer, fueron mis primeras pasiones poéticas. Ahora, mi favorito es Fernando Pessoa. Lo recito, me grabo y lo escucho a diario.

¿Cree que la poesía está viviendo un buen momento?

Pues yo creo que sí. Quizá lo crea porque estoy muy involucrada con ella, con poetas, recitales, presentaciones, libros. En las redes sociales, la poesía despierta mucho interés, aunque después no vaya acompañado por el consumo de libros de poemas o no sea proporcional a ese interés. Cuando firmé el año pasado en la Feria del Libro de Madrid, me sorprendieron las filas que había para que algunos poetas firmaran su ejemplar. Gente muy joven. A mi me gusta regalar parte de mi poesía en las redes, que se aficionen y lean quienes nunca se acercaron a ella por no poder comprarla o no tener costumbre de hacerlo. Eso no quiere decir que no me guste que se vendan mis poemarios, claro que me encanta. Pero regalar mi poesía me parece una declaración de amor y afecto a la gente que me lee. Con gusto la regalo, publicando una parte importante en Facebook.

¿Y cómo ve la situación de los artistas noveles?

Eso si lo veo complicado. Un modo de darse a conocer son los concursos, pero dicen quienes están informados, que la mayoría de los premios importantes están dados de antemano a quienes ya garantizan una venta. Luego está la autopublicación, que cuesta dinero y no todo el mundo puede, porque además se encuentran de bruces con la escasa o nula distribución de sus obras. Pero nada de eso tiene que desanimar a quien quiere escribir. El hecho de poder sentarse a relatar historias y hacer que ocurra lo que quieres, es ya un verdadero placer. Luego, las oportunidades van surgiendo, a veces cuando menos te lo esperas.

"No suele haber apoyo más que cuando el dinero ya está a la vista. Pero es la hora de las redes sociales y esa falta de apoyo y de oportunidades está derivando en una menor dependencia de editoriales para dar a conocer tu obra"

¿Qué echa más de menos en la promoción literaria?

La promoción literaria, mayoritariamente, solo se hace eco de los escritores consagrados. Parece que no sirve de mucho las lecciones que a veces dan escritores desconocidos triunfando por todo lo alto y editoriales tirándose de los pelos por haber rechazado ciertas novelas, libros de relatos e incluso poesía. No suele haber apoyo más que cuando el dinero ya está a la vista. Pero es la hora de las redes sociales y esa falta de apoyo y de oportunidades está derivando en una menor dependencia de editoriales para dar a conocer tu obra. Ya hay bastantes casos. Puedes legalizar la situación de este tipo de ventas y seguir ese camino. Entonces es cuando vienen a buscarte. El apoyo institucional también es muy importante, pero claro, hay que priorizar, los recursos no son infinitos. Aunque la cultura en todas sus expresiones, es esencial.

Desde que publicó su primer libro, Teresa Pacheco no ha parado. ¿Qué les dice a los escritores que empiezan?

Que persistan, que nunca abandonen sus sueños, porque en cualquier momento puede llegar la oportunidad. Si se trata de escribir, que busquen su propio estilo y, sobre todo, que lean mucho, muchísimo. Esa es la mejor escuela.

¿En qué proyecto está trabajado ahora?

Actualmente estoy con el proyecto de un libro de relatos que prácticamente está acabado, y también estoy trabajando en un novela, de la que me queda un poco más.

Es su primera incursión en este género ¿qué nos puede avanzar de la novela?

Escribo una novela ambientada en varios lugares: Madrid, Barcelona, Corea, Nueva York, Finlandia... Es una historia de sueños rotos y nuevas ilusiones. Los personajes son aparentemente muy distintos, pero, en el fondo, muy parecidos, como lo somos todos. Es un regreso al principio de una vida en común, dando un rodeo vital y clarificador. No sé si suena enigmática, pero en realidad es sencilla con un poco de todo: amor, despedidas, reflexiones profundas e incluso humor. Con sentimientos muy humanos y, por lo tanto, comunes. Soy cuentista y poeta, así que muy cómoda no me siento escribiendo novela, pero me preguntan tantas veces que porqué no escribo una, que en ello estoy.