“Las mujeres estaban metidas en sus casas y no se daban cuenta de su importancia”

Un día de 1982, viendo la tele, Pilar Ruipérez Alfaro (El Cañavate, Cuenca) descubrió que estaban naciendo asociaciones de amas de casa por todo el país y que Cuenca y alguna provincia más eran las únicas que no contaban con un colectivo de este tipo. Así que se puso a interesarse por el tema y poco después, de la mano de un grupo de amigas, echaría a andar lo que hoy es la Asociación de Consumidores y Amas de Casa Luzán.

Haber sido la fundadora de esta asociación le ha valido ser reconocida con una de las placas al Mérito Regional que se entregan este viernes en Albacete en el marco del acto institucional del Día de Castilla-La Mancha.

“He sido siempre muy inconsciente”, bromea a sus 85 años, explicando que fue eso lo que hizo que se pusiera en marcha en aquella época para “ilusionar a unas mujeres que estaban metidas en sus casas y acomplejadas sin darse cuenta de la importancia de su labor”, un “trabajo callado” que sustentaba a las familias.

“Ahora soy soldado raso de la asociación”, dice entre risas. Por eso cuenta que se llevó una gran sorpresa cuando le comunicaron que le iban a dar un reconocimiento por haber sido la artífice del colectivo. “Lo agradezco muchísimo. Me ha hecho mucha ilusión y estoy muy contenta. Y mis hijos también”, subraya.

“Pero tan importante es dar el primer paso como continuar. Y hoy la asociación sigue viva”, añade. Por eso, apunta que este premio es para mucha más gente: “Lo comparto con todas las asociadas, con todos los equipos que ha habido, con todas las mujeres, para que tengan ánimo”. Y tiene un recuerdo especial a la memoria de la que fue la primera secretaria del colectivo, Carmen Villanueva.

“Yo quiero mucho a la asociación. Nació en mi casa”, recalca. Y es que fue en su propio domicilio donde echó a andar el colectivo con la participación de apenas diez amas de casa. “Después fuimos creciendo y hemos llegado a tener 600 mujeres asociadas”, celebra.

"Continuar es tan importante como empezar. La asociación sigue viva. Comparto el premio con todas las asociadas, con todas las mujeres”

“Empezamos en mi casa y luego hemos estado donde hemos podido. Hemos pasado frío en algunos locales…”, recuerda riéndose. “Pero siempre hemos tenido mucha ilusión”, añade.

Y, ¿por qué le pusieron a la asociación Luzán? “Siempre nos lo preguntan”, señala, aclarando el misterio: Luz y Angustias son dos nombres muy comunes en la ciudad, por lo que juntaron el primero y la primera sílaba del segundo. “Es un homenaje a las mujeres de Cuenca. Rara es la casa en la que no hay alguna que se llama así”, apunta.

Ruipérez estuvo al frente del colectivo unos ocho años. Dejó la presidencia en unos tiempos duros para su familia tras fallecer una de sus hijas, explica con la voz quebrada. Pero nunca se ha desvinculado de la organización. “Voy todos los miércoles”, cuenta.

Y tantos años dan para muchas vivencias. Entre las actividades desarrolladas, destaca que, ahora que tanto se habla de ecología, ellas ya organizaron hace tiempo en la sierra unas sesiones sobre este tema. Un libro en el 20 aniversario, una visita al Parlamento Europeo, un viaje a Tierra Santa y la celebración de unas jornadas nacionales de amas de casa en Cuenca son otros de los momentos que resalta. Pero, sobre todo, se acuerda de las mujeres que le han dicho “gracias” porque formar parte del colectivo les ha cambiado.

Pilar Ruipérez agradece que, aunque con los típicos “achaques de la edad”, no se encuentra mal. Y confiesa sus secretos para estar tan vital: “En la vida hay que tener iniciativa y siempre he tenido amplitud de miras. Y sigo teniendo ilusiones y, sobre todo, no pierdo el sentido del humor”.