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Día Internacional del Pueblo Gitano

Mujeres, gitanas y empoderadas

El 8 de abril se conmemora el Día Internacional del Pueblo Gitano, una efeméride para reivindicar acabar con la discriminación
Fotos: Alex Basha
08/04/2019 - Dulce Moctezuma/ Jose An. Montero

Justo un mes después del Día de la Mujer, el 8 de abril, se celebra el Día Internacional del Pueblo Gitano. Dos celebraciones de carácter mundial. La primera, afortunadamente, ha alcanzando un consenso casi unánime y desde aquella primera manifestación de las trabajadoras de una fábrica téxtil el 8 de marzo de 1957 la bandera feminista ha calado en todos los corazones humanos. El 8 de abril de 1971 se instituyó la bandera y el himno gitano, que desde ese momento los identifica como pueblo en todos lugares del mundo.

Dos fechas unidas que nos hablan de dos luchas por los derechos y la dignidad. Dos banderas sumadas, que identifican a la mujer gitana. Que también ha cambiado y que reivindica su espacio dentro de la sociedad. Una de ellas es Seila Saavedra, una de estas nuevas mujeres gitanas que se han propuesto cambiar a la sociedad que discrimina al pueblo gitano, levantando la voz por aquellos que no lo pudieron hacerlo en un pasado.

Además de ser técnica de Igualdad en la Fundación Secretariado Gitano de Cuenca, es una activista social preocupada por la lucha a favor de la equidad de género y la adaptación del gitano en la sociedad. Defiende que la visibilidad de la lucha por la equidad es la principal arma para combatir una de las peores formas de marginalidad: el prejuicio.

Los medios son uno de los grandes responsables de las ideas distorsionadas sobre el pueblo gitano. “Exageran mucho las cosas, sólo hay que ver los Gypsy Kings, no todos somos así y esto no ayuda a mostrar la realidad”, añade Mila Bustamante.

Programas como éste perpetúan la discriminación hacia los gitanos sacando beneficio económico con los clichés, sin preocuparse de conocer su cultura. En el directo del programa “Gitanízate” de RNE, Manuel Moraga nos habla de que “un minuto de Prime Time en televisión puede destrozar todo lo que llevamos siete años construyendo”.

Un conocimiento superficial basado en estos programas o expresiones como “hoy vengo hecha una gitana” encasillan a las mujeres gitanas en una serie de estereotipos y prejuicios que en la realidad social, no representan al pueblo de la rueda roja.

“Por desgracia aún tenemos que estar visibilizándonos, porque no nos conocen bien”, protesta Seila Saavedra, “porque cuando el contexto te limita a una idea estereotipada de lo que eres, la individualidad e identificación con tu etnia se convierte en algo cuestionable”.

Pero mujeres como Saavedra se han propuesto cambiar a la sociedad que discrimina al pueblo gitano, levantando la voz por aquellos que no lo pudieron hacer en un pasado. Tiene claro que “no hay que mirar si eres mujer o si eres hombre, tú eres una persona y eso es lo que cuenta. Ya no tienes que mirar si eres gitana o si no eres gitana, eres una persona, puedes lograr lo que te propongas y que lo que te guste lo tienes que hacer adelante”.

Mujeres, gitanas y empoderadas

LA DOBLE LUCHA DE LA MUJER GITANA

Como Seila, hay muchas más mujeres que tienen una voz para poner en alto a su etnia, luchando en contra de las injusticias que pasan en su día a día. Esta red de apoyo de mujeres es de suma importancia pues es el principal promotor de referentes en el pueblo gitano, donde la nueva imagen de la mujer se llena de fortaleza y herramientas suficientes para concretar esta lucha diaria: la doble lucha de la mujer gitana.

Son necesarios muchos más referentes para la mujer gitana como el caso de la abogada Sara Giménez, destinada para representar a España en el Comité Europeo contra el Racismo y la Intolerancia (ECRI). Un órgano perteneciente al Consejo de Europa, que en diversas declaraciones ha reclamado para los gitanos y gitanas un lugar en las listas electorales, que trabaja para que los diferentes partidos políticos se comprometan a favorecer la inclusión en sus listas electorales, en puestos con opciones de ser elegidos, a las minorías más significativas.

Pero ella no solo lucha contra la discriminación por ser gitana, sino que también, día a día se enfrenta contra otro tipo de discriminación: la que se sufre por ser mujer. “Nacer con la condición de ser mujer y gitana, es una doble lucha” -explica Seila- “es como si el techo de cristal se duplicara”.

Y la situación se complica cuando comprendemos que esto no es un hecho aislado, pues en la Fundación Secretariado Gitano (FSG) se reciben una gran cantidad de denuncias que corroboran las palabras de Seila. La discriminación hacia la mujer gitana es tan común que abarca ámbitos de subsistencia básica como lo son los bienes y servicios, salud, educación y empleo.

Con este mismo objetivo de la promoción en la igualdad de oportunidades en la población gitana, Seila nos cuenta sobre el “Programa Calí” (mujer gitana en caló), el cual busca desde el año 2016 la integración socio-laboral de las mujeres y la atención a la múltiple discriminación.

“Trabajamos cosas como la autoestima, el autoconcepto, la igualdad, la conciliación, temas de salud, repartición de tareas del hogar, motivación para el empleo y cosas de este tipo para que no estén todo el día en casa”, añade Saavedra.

“Tenemos que empezar a romper miedos, a empoderarnos, a ser más autónomas, que nos importe menos lo que piensen de nosotras”, concluye.