El coleccionista de arte Antonio Pérez advierte de que “perder la gran oportunidad” de que Cuenca, junto con Toledo, acoja obras de la colección Roberto Polo sería “un desatino”, algo que no obstante podría ocurrir si se confirma la decisión del Ayuntamiento de negarse a ceder temporalmente la Casa Zavala a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
“No puedo creer que la corporación que rige el Ayuntamiento y que conoce nuestra historia, que sabe perfectamente lo que supuso el Museo de Arte Abstracto y la Fundación Antonio Pérez, que hace gala de su apuesta por el arte contemporáneo en su política cultural, vaya, cincuenta años después, a impedir que un proyecto artístico internacional de la envergadura del que estamos hablando, se pierda para Cuenca”, señala a través de una carta dirigida a los medios de comunicación.
Pérez recuerda que hace cincuenta años tuvo “la suerte de ser testigo privilegiado de la creación del Museo de Arte Abstracto de Cuenca y asistir a la eclosión de nuestra ciudad como centro neurálgico del arte más vanguardista y observar la trascendencia que tuvo para el desarrollo cultural, social y económico de Cuenca”, algo que se produjo no solo gracias a la propuesta de Fernando Zóbel y Gustavo Torner, sino, también, a la cesión que de parte del inmueble de las Casas Colgadas hizo el entonces alcalde de la ciudad, Rodrigo Lozano, “un auténtico visionario”.
Del mismo modo, recuerda que, ya en los noventa, la que fuera presidenta de la Diputación, Marina Moya, y su vicepresidente, Jesús Mateo, ambos del Partido Popular, contribuyeron a la apertura del museo de la Fundación Antonio Pérez en el antiguo Convento de las Carmelitas Descalzadas, propiedad de la Diputación. “Aceptaron primero la donación de mi colección y después crearon la fundación que lleva mi nombre para su gestión. No podíamos distar más ideológicamente pero pusieron por delante de todo su amor a Cuenca y el interés general”.
Sin estas decisiones que permitieron abrir estos museos, Antonio Pérez considera que Cuenca “sería otra ciudad diferente, a lo mejor ni siquiera Ciudad Patrimonio de la Humanidad”.
Ahora, en cambio, podría ocurrir justo lo contrario si el alcalde, Ángel Mariscal, se niega a firmar el convenio para que la Casa Zavala pueda acoger parte de las cerca de 450 obras que Polo ha cedido ya a la Junta de Comunidades y que están valoradas en alrededor de 368 millones de euros.
La pasada semana, hay que recordar, el alcalde anunció para este año una exposición en la Casa Zavala dedicada a José María Cruz Novillo, lo que sería incompatible con la cesión. El Gobierno regional, eso sí, le ha ofrecido al Consistorio utilizar durante el tiempo que dure la cesión de la Casa Zavala (hasta que se habilite como museo el Archivo Histórico Provincial) sus espacios del edificio Iberia y la sala del Museo de Cuenca de la calle Princesa Zaida.
